Para los historiadores, las guerras vienen a ser algo sagrado; rompen a modo de tormentas saludables o por lo menos inevitables que, cayendo desde la esfera de lo sobrenatural, vienen a intervenir en el decurso lógico y explicado de los acontecimientos mundiales. Odio ese respeto de los historiadores por lo sucedido sólo porque ocurrió, sus falsas reglas deducidas a posterior!, su impotencia que los induce a postrarse ante cualquier forma de poder.
Me inclino ante el recuerdo, ante el recuerdo de cada ser humano. Y no oculto la aversión que siento ante todos los que se toman la libertad de intervenir quirúrgicamente en los recuerdos hasta que se parezcan a los recuerdos de los demás. De hecho si no fuera por los historiadores, podríamos tener aún esperanzas para el pasado. - Elias Canetti
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