AQUEL INOCENTE CULO DESNUDO


Rafael Nadal cuenta en su último libro, Mar d’estiu (Univers), una anécdota deliciosa de uno de los veranos de su infancia. Entonces las playas olían a Coppertone –y también a Nivea–, pero los anuncios de la crema antisolar americana se hicieron muy populares. En ellos se veía a una niña –que era Jodie Foster con tres años– a quien un perro le mordía el bañador y dejaba al descubierto su culo infantil. Pues bien, un verano de la mitad de los sesenta, las autoridades municipales de Palamós ordenaron tapar con banderas blancas y amarillas del Vaticano todas las vallas publicitarias de Coppertone para ahorrarle al obispo de Girona, el futuro cardenal Narcís Jubanyla contemplación de aquel inocente culo desnudo, con motivo de su visita pastoral.
Lo explica Màrius Carol en este artículo en la vanguardia: Más papistas que el Papa.  Aviso: el artículo va del coronavirus o del confinamiento que ha creado. Y es que no hay manera de sustraerse del bicho, parece que no se pueda escribir sobre nada más.

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