El precio de cualquier cosa es la cantidad de vida que ofreces a cambio.
Henry David Thoreau
Recientemente, un programa de televisión con gran audiencia, Late Motiv, empezaba una entrevista recuperando el escenario del célebre libro ‘1984’. Una de las obras literarias de ciencia ficción más citadas y referenciadas, cuyo recuerdo crece a medida que avanzamos hacia el supuesto futuro. El presentador, Andreu Buenafuente, utilizaba esta obra distópica para presentar a la periodista Marta Peirano, autora de «El enemigo conoce al sistema» (Debate, 2019). Es inevitable encontrar similitudes entre la creatividad literaria de Orwell tras la publicación de Gran Hermano en el 1949, y el control social desde la tecnología en el 2020.
El conductor de Late Motiv, Andreu Buenafuente, alertaba al público de que posiblemente dejarían de reír una vez finalizara la entrevista. Seguramente fue cierto. El terreno desalentador era propiciado por la apertura del telón de quién está detrás de nuestra adicción a las pantallas. Marta Peirano ofrecía una visión crítica bajo un rigor experto y documentado sobre el uso de la tecnología y la inteligencia artificial en una sociedad digitalizada que se transcribe a través los datos.
— | Marta Peirano. El enemigo conoce el sistema | #LateMotiv657
Con 16 minutos de entrevista solo se podía intuir la gran cantidad de información que contiene la obra «El enemigo conoce al sistema. Manipulación de ideas, personas e influencias después de la economía de la atención». Libro que, por cierto, recomendamos muchísimo, y que intentaremos resumir, si se puede, en cinco grandes titulares:
- La red no es libre, ni abierta, ni democrática. El enemigo conoce el sistema pero los usuarios no. Estamos sumergidos en un sistema digital en el que confiamos y que no sabemos cómo opera.
- La economía de la atención o el capitalismo de vigilancia gana dinero consiguiendo nuestra atención. Como más datos generes, más valor obtiene su banco de datos.
- Las aplicaciones están diseñadas como tragaperras con el fin de generar adicción, consiguiendo consecuentemente un incremento de información y datos.
- Los datos emitidos por los usuarios de la tecnología y los dispositivos digitales derivan en un gran poder de vigilancia y control social aparentemente invisible que alimenta algoritmos y sistemas de futuro.
- La vigilancia es una herramienta para la predicción social, económica, política, democrática… y la predicción es una herramienta para la manipulación, que está en manos de grandes corporaciones con objetivos privados.
“Sobretodo, las grandes plataformas utilizan estos datos para alimentar algoritmos predictivos e inteligencia artificial. Es decir, nuestros datos individuales valen muy poco (…), pero lo importante es el valor colectivo de todos los datos. Los algoritmos lo que hacen es predecir todo. Su trabajo en realidad es el futuro. Su economía es el futuro.”
— Marta Peirano
Marta Peirano manifiesta especial énfasis en la gran exposición de los datos de los usuarios y el acceso de las grandes corporaciones a ellos. Los móviles y los dispositivos inteligentes lo dicen todo de nosotros: qué compramos, qué nos pasa, dónde estamos, etc. Un mal uso de estos datos podría derivar en un control exhaustivo de la sociedad, a una manipulación masiva o a una discriminación social elevada, por ejemplo, una distinción de privilegios en la sanidad privada. O bien, a una manipulación social y política, como el escándalo de Cambridge Analytica que, sorprendentemente, no ha tenido la repercusión que quizá se merecía. ¿Qué tipo de sociedad digital podemos esperar con estas premisas?
Esta entrevista a Marta Peirano en Late Motiv se podría conectar con la reciente noticia sobre Idealista y 6 plataformas inmobiliarias más expedientadas por una supuesta irregularidad en sus algoritmos, que provocan (de forma intencionada) la subida del precio del alquiler y fomentan la burbuja de la vivienda. Una crisis alarmante que todavía no tiene solución. Una vez más, si esto fuera cierto, detrás de estas plataformas digitales existe un conjunto de decisiones que sólo contemplan el beneficio individual por encima del bienestar colectivo, vulnerando uno de los derechos más fundamentales: el derecho a una vivienda digna. No hay discusión alguna que está sobre la mesa un reto ético y social. Un ejemplo más, del mal uso de la tecnología y la inteligencia artificial cuando está en manos de corporaciones privadas. El capitalismo digital opera con unas leyes de un mercado depredador. ¿Qué papel tiene la ética en este escenario? - UOC
El Gran Hermano te vigila.
ResponderEliminarSaludos, Francesc.
Y no sólo el Gran hermano, mire usted este caso personal de cuando murió mi suegra:
ResponderEliminarhttps://helenasubirats.blogspot.com/2016/05/ha-vuelto-funcionar.html