EL PUEBLO DE LAS 400 BANDERAS


El juzgado de lo contencioso-administrativo número 1 de Cádiz ha ordenado, como medida cautelar, la retirada de la fachada del Ayuntamiento de Cádiz de la bandera arcoíris, símbolo del movimiento LGTBI, y que el consistorio defendió porque “no elimina ninguna otra, sino que sirve para sumar derechos”. 
Los derechos de las mujeres trans centran las reivindicaciones que se celebran este fin de semana La juez acepta así en un auto la medida cautelar solicitada por la Asociación Abogados Cristianos, que se ha querellado contra el alcalde gaditano por izar esta enseña.  Una asociacion la de Abogados Cristianos que supongo deben ser abogados, pero lo que no son es cristianos, arrastran demasiada bajeza intransigente para ser fieles seguidores del mensaje de Cristo que imagino deben desconocer y actuan de oidas, puesto que en el mensaje de Jesús no hay lugar para el rencor, la manipulación y el odio, y si para el amor al prójimo.
La entidad acusa al edil de prevaricación porque el izado de la bandera se hacía en contra de la sentencia del Tribunal Supremo que ha estipulado que “no resulta compatible con el marco constitucional y legal vigente” la utilización, “incluso ocasional, de banderas no oficiales en el exterior de los edificios y espacios públicos, aun cuando las mismas no sustituyan, sino que concurran, con la bandera de España y las demás legal o estatutariamente instituidas”.

Pero a veces se dan situaciones de justicia poética o de lucidez ciudadana, y cuando una bandera LGTBI se quita, surgen 400. Es lo que ha pasado en un pueblo malagueño donde la ley es la ley, pero sus vecinos -ante la decisión del ayuntamiento de retirar de la fachada la enseña del colectivo homosexual- han reaccionado y aseguran que de sus balcones no se les va a quitar "nadie".

La bandera arcoíris había salido a lucir en el consistorio de Villanueva de Algaidas con motivo del Día del Orgullo LGTB+ por tercer año, pero este 2020 "se ha formado una polvareda", como reconoce a Efe el alcalde, José Antonio Cívico, del PSOE, después de que tres vecinos se quejaran ante la Guardia Civil.

Agentes del instituto armado acudieron al ayuntamiento a los dos días de estar instalada esa gran insignia de ocho metros de largo y expusieron las quejas vecinales que aducían una sentencia firme del Tribunal Supremo que lo impide en balcones de edificios públicos.

A continuación, un concejal presentó un escrito donde recomendaba la retirada de la bandera basada en esa resolución; el alcalde efectuó consultas y, al comprobar que era cierto, decidió quitarla; pero entonces "se lía la polvareda", según Cívico, que precisa que los vecinos han respondido y el caso es que el pueblo se ha inundado de banderas.

Y "el que lo ha liado todo" es Antonio Carlos, como él mismo admite a Efe, quien -a raíz de contarle su hermana lo ocurrido y conocer el rechazo vecinal- cogió las 350 banderas LGTBI que no pudo vender en Torremolinos (Málaga), donde trabaja, al suspenderse actos del Orgullo y las repartió gratis casa por casa.

Como faltaron, hasta el bazar chino del pueblo agotó sus banderas, que este viernes llenan de colorido esta localidad del interior de la provincia de casi 4.300 habitantes.

Defiende que esta bandera "no hace daño a nadie, salvo que se sea homófobo" y "no representa nada político, solo respeto, libertad e igualdad". Comprende la retirada municipal basada en la normativa, pero sostiene que "lo que no pueden quitarla es de nuestros balcones".

"Del ayuntamiento la han quitado pero de mi balcón no la va a quitar nadie", es lo que dicen los vecinos; una reacción popular que Antonio Carlos califica de "ejemplar" e insiste en que "la libertad y la igualdad están por encima de cualquier ideología política" y que esta cuestión "no tiene nada que ver con la política".

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