LA MIERDANORMALIDAD


La noticia es terrible, es el acabose, el desiderátum y parece que los medios no le dan la importancia debida a la misma, a pesar de sus terribles consecuencias de un alcance insondable y graves efectos colaterales a medio plazo.

El fin del estado de alarma ha coincidido con la llegada del verano. Este año la planificación de las vacaciones ha estado marcada, por un lado, por la incertidumbre de si sería posible viajar y a dónde y, del otro, por la preocupación en todo lo relativo a la sanitización de hoteles, alojamientos, coches de alquiler, aviones y trenes.
“La pandemia ha alterado los patrones habituales de la industria turística. La confianza de los viajeros en los destinos y medios de transporte para poder efectuar su viaje en condiciones seguras frente al virus será una de las claves de la recuperación de la industria”, asegura Javier Diaz-Laviada, director general de Hertz en España.
“La higiene siempre ha sido un elemento importante y presente en el sector turístico, pero ahora tendrá que ser más evidente, y todo el mundo se esforzará en dar una imagen extra de seguridad e higiene”, dice Ricard Santomà, decano de la facultad de Turismo y dirección hotelera Sant Ignasi-URL.
A la hora de las comidas, y para poder reducir los aforos de los restaurantes, muchos hoteles optaran por aumentar las horas en las que será posible comer, y el típico bufet en el que el propio cliente se servía la comida dará paso a otras modalidades “para evitar la manipulación de alimentos y superficies de alto contacto por parte de los clientes”.

Madre del amor hermoso, que haran los jubilados que quedan despues de sobrevivir a la pandemia a la hora del papeo, ¿como se hincharan de comida  llenando aquellos platos hasta altura y bordes insospechados?, ¿como no podran darse codazos a la hora arrasar con los postres?, esta medida es el fin, ya pueden cancelar los viajes del imserso, en estas condiciones, la dignidad de los jubilados les impedirà desplazarse a cualquier hotel que actue con esta impunidad sobre sus intereses adquiridos y largamente cultivados.

¿Y aquellas excursiones en autocar a hincharse de embutidos y ternera con setas que ni es ternera y apenas tiene setas, y de vuelta 5 litros de aceite y un anoréxico jamón serrano, o un cojín ergonómico.
Y aquel señor en Benidorm que a las cinco de la mañana ponía las toallas en la arena de la playa para estar en primera línea de mar, y ahora se encuentra que tiene que pedir tanda al Ayuntamiento y ya le dirán a la hora que puede ir?

Todo un mundo se está hundiendo, lo que demuestra que para los sufridos jubilados que han sobrevivido a la pandemia, la nueva normalidad es dicho lisa y llanamente, una mierdanormalidad. A tomar por el culo como el ciclista de pega.

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