CNB, MUJERES DESDE 1986


Debo confesar que no lo sabía, lo vai ver ayer en un programa de TV3 que rememora episodios antiguos de la tele. El Club Natación Barcelona no permitió hasta hace unos años la libre entrada de las mujeres en sus instalaciones. Y de eso no hace tanto tiempo. El Club Natación Barcelona no decidió hasta febrero de 1986 permitir la libre entrada de las mujeres. "Es que es un club de estilo británico", decían entonces algunos socios en una inútil justificación del veto sexista. Bueno, también había otras razones -de vez en cuando todavía se sienten decir- del tipo: "es que no podremos ir en bolas o gastar bromas". Lo cierto es que la entrada de las mujeres provocó una auténtica polémica al club.
El nata contaba con una sección femenina de nadadoras. Eran las únicas que podían entrar en las instalaciones. "Pero con limitaciones. Por ejemplo, no podíamos salir al mar en patín. Sólo un día al año y en regatas mixtas. Ah, y no nos dejaban ir a la piscina salada porque era sólo para hombres!", Recuerda Roser Ponsatí. Esta mujer es la socia número 19 del club. Su carnet es del 20 de junio de 1939, firmado como "año de la victoria". Compartiendo café y recuerdos en el bar del nata hay Rosita Capsanes y Pilar Guarro, con diferentes experiencias en el club.
Era a principis del setanta i Rosita portava els seus fills a cursets de natació. "Jo em quedava amb altres mares al passadís esperant que acabessin. I eren tres hores! Un dia, el llavors president del club va dir que això no podia seguir així, que mentre esperàvem havíem de fer alguna cosa", recorda. Rosita i altres mares mataven el temps xerrant i fent mitja. El cas és que el director va organitzar un programa esportiu amb entrenador per a les mares: "anàvem a l'escullera corrent, llavors fèiem gimnàstica i podíem nedar en un carril reservat". Això sí, només quan hi havia els seus fills entrenant. 

En plena transición se reavivó el debate del asunto de las mujeres. De hecho, hubo un intento de referéndum en esta década que se frustró. Y tampoco salieron adelante opciones intermedias, como la de franquear el acceso a las que estaban casadas con socios y a sus hijas. Fue la realidad la que se impuso. La de las finanzas del club, por un lado, y los cambios sociales. A mediados de los ochenta, el club se enfrentaba a la necesidad de mejorar las instalaciones con una pirámide de edad de sus socios cada vez más avanzada. Además, las mujeres se apuntaban a otros centros deportivos y arrastraban sus maridos y parejas que dejaban el nata.
Por otra parte, un grupo de mujeres de socios y ellos mismos decidieron recoger firmas para plantear el asunto en una asamblea que se hizo en septiembre de 1985. Y lo que se decidió fue la convocatoria de un referéndum, celebrado en febrero del año siguiente. En 1986, el nata tenía unos 5.000 socios. En la consulta acudieron menos de la mitad y el resultado dio la razón al sentido común, es decir, abrir las puertas a las mujeres. Pero poniendo en evidencia que un sector importante se mantenía en contra. Incluso alguien se dio de baja. El resultado fue el siguiente: a favor, 1.069; en contra, 779; set en blanco y 17 nulos.
Dos años después, en 1988, el nata tenía 1.000 socias, una cifra que fue creciendo progresivamente hasta llegar a las 2.900 actuales, que representan un 35% del total de socios del club. Cifras aparte, la entrada de las mujeres cambió bastante las cosas. Una, el paisaje, porque muchos tuvieron que ponerse algo más que el taparrabos que solían lucir. Dos, las propias instalaciones, que se empezaron a modernizar: ¡El nata, un club de hombres de toda la vida, abrió una guardería dentro de sus instalaciones!
Y tres, la incorporación de muchos niños y niñas. En estos momentos, el club cuenta con 623 jóvenes de entre 13 y 17 años y 1.437 niños y niñas de hasta 12 años. Por cierto, con paridad entre sexos. Un sector de socios que genera un volumen financiero importante para el club por las actividades que organiza durante todo el año y los centros de verano. De hecho, en junio, al terminar los colegios las instalaciones del club son ocupadas literalmente por cientos de niños.
Así las cosas, la asignatura de la mujer al nata ha costado. En realidad, hay muchos socios-hombres que siguen renegando. Eso sí, lo hacen con disimulo. Mientras tanto, no pocas socias se preguntan por qué en un club de playa no se permite tomar el sol en top-las. Algo que está absolutamente normalizada en el club de al lado, sin ir más lejos. ¿Será porque era un club sólo de hombres? Será!

- Con datos del artículo en el pais de noviembre de 2007. Recordar también que unos años antes (mitad de los 70, s) de esta votación histórica en la tele se podían ver videos como este. Algo hemos avanzado, pues, aunque queda mucho camino por recorrer ....

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