Este pasado fin de semana tuvo lugar la concentración antimascarilla en la madrileña plaza de Colón. Una concentración en la que apoyaron algunas personalidades de la talla de Miguel Bosé y de la que se teme que pueda ser un foco de rebrotes de coronavirus, ya que al menos una persona estaba infectada y ha sido hospitalizada de gravedad. Detrás de esta convocatoria había Fernando Vizcaíno, un valenciano que se presenta en su blog como profesor de yoga, escritor accidental y con formación para ejercer de psicoterapeuta, psicólogo y astropsicóleg. También se apuntó a la manifestación el curandero Josep Pàmies, para acabar de completar el elenco artístico.

Ayer, Fernando Simón sol·licitaba la mediación de los influencers para concienciar a los jóvenes sobre el Coronavirus, y me parece que predica en el desierto, en general los influencers están más en la línea Vizcaíno o están por otras cuestiones. Premonitoria en muchos sentidos 'Contagio' de Steven Soderbergh presentaba la figura de un blogger interpretada por Jude Law, un tipo sin escrúpulos, manipulador, conspiranoico, creador de un falso remedio contra el virus que él mismo prueba, y esta es más bien el actitud de los influencers, o de algunos de ellos. Al ser la película del año 2011 incorpora la figura del blogger porque en aquellos tiempos, en cierto modo lejanos, los influencers aún no existían.

De hecho, no se por qué se preocupa Fernando Simón, si resulta que la Covid no existe, que los médicos nos esconden la verdad, que todo es falso, que los gobiernos exageran las infecciones con el propósito de recortar las libertades civiles, que la el uso de la máscara es inútil y puede matarnos, que Bill Gates lidera una clase de elites globales que quieren controlar a la población, o despoblar el planeta o incluso implantar las personas microchips controlados por 5G a través de la vacuna. Gates aparece aquí como Joker, el malo de Batman, en coalición con un Pedro Sánchez que en realidad es un farsante, con fila de jefe de planta del Corte Inglés. Esta visión es la imperante, guste o no al Doctor Simón, es el triunfo de la conspiranoia, para que la gente no quiere escuchar la verdad si le es incómoda y prefiere refugiarse en su infantilismo en falsas teorías que le complacen más.

Ya sé que los Gobiernos y sus gestores podrían haber hecho más, que actuaron tarde, a destiempo, descoordinados tras la descentralización, pero no busquéis responsabilidades entre los Gestores de la pandemia, mirad más abajo, miraos, mirad vuestro entorno cotidiano, y encontraréis a los culpables de los rebrotes. Y lo peor está por llegar.