La resolución de Tribunal Supremo que determina que los repartidores de Glover no son autónomos, sino trabajadores y, por lo tanto, beneficiarios del Estatuto del Trabajador, es clara y no deja lugar a dudas, parece que no ha gustado a la empresa, que aparentemente, no están dispuestos a dar a sus trabajadores sus derechos y piden al Gobierno español y la Unión Europea una normativa a medida para mantener su negocio, que es, justamente, llevarse los beneficios del trabajo de los conocidos como 'riders' sin ninguna de las obligaciones que conlleva esta relación laboral.
El caso de Glover es uno más de una larga lista de negocios basados en utilizar mano de obra con un nombre simpático negando los derechos laborales de sus trabajadores o falsos autónomos, que es lo que son como ha reconocido el TS. Este caso no es nuevo, la lista de profesiones afectadas es larga y diversa, desde comerciales, periodistas, repartidores y otros falsos autónomos. El mismo trabajador que denunció a Glover y que ha visto como el Tribunal Supremo le ha dado la razón, Isaac Cuende, explica que su hermano es un falso autónomo, trabaja como fisioterapeuta en un hospital. Recordar sólo qué, un falso autónomo es alguien a quien imponen los horarios, las tarifas y el lugar donde trabaja y le niegan los derechos que conlleva trabajar para una empresa.
Yo ya no tengo edad, pero sería bueno compartir todo un día con un 'rider', para ver cómo realmente es de dura y exigente su mal pagado trabajo. También sería bueno recordar que Glover fue fundada en Barcelona y ya se ha extendido a cerca de 30 países, y si ha crecido es gracias a quienes desde la comodidad de su sofá llaman o envían un mensaje para pedir una pizza o cualquier otra nadería, y que a partir de ahora tendrán que pagar un poco más caro su burgués y decadente capricho, y recordar también, que la situación laboral de los riders no mejorará mucho, sean las que sean sus nuevas condiciones laborales.
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