💬Lo he comentado en alguna otra ocasión, y se non è vero, è ben trovato. Explicaba un tertuliano que los Generales romanos, cuando llegaban a la capital del imperio, Roma, después de haber llevado a cabo una campaña victoriosa, eran recibidos en un desfile militar en medio de la multitud enfervorizada que les tiraba flores y todo tipo de elogios hasta llegar al final del paseo donde les esperaba Cèsar. Este desfile que lo hacían encima de su cuadriga tenía la particularidad que aparte del general, a su lado había un esclavo que todo el rato le iba repitiendo, "no olvides que sólo eres un hombre".
No estaría de más que a los políticos algún asesor les recordara lo mismo y alguien se lo recordara a estos asesores. Sí, nosotros, esos tipos pequeños con sus pequeñas vidas deberíamos ser este esclavo. Que no se engañen. No confiamos en ellos en la misma medida que nosotros, a ratos, les sobramos. Sólo que ellos siguen haciendo de políticos y cobrando, solo porque muchos de nosotros ya no creemos en la democracia. Y no creemos en la democracia por culpa de ellos. La libertad nos parecía antes algo asumible y decente y una dictadura, por ejemplo, no lo era en absoluto. Aunque, muy a menudo, olvidamos que un dictador es un asesino que cree hacer lo correcto. Que defiende a los decentes, a los puros, a los buenos. Que entiende de qué va el juego sin palabrería ni burocracia ni frenos. Que ve claro qué sobra del tablero. Sólo hay que fijarse en la ínclita Díaz Ayuso, que está en el lado bueno de la historia.
Sin decencia, sin ética, un político es un delincuente. Es obvio que no todos los políticos son iguales. Pero ¿importa eso a estas alturas? Ellos son nosotros. Sus estrategias, sus mentiras, sus cobardías son las nuestras porque nosotros les votamos a pesar de saber que son corruptos, mentirosos y mediocres. Están ahí porque lo hemos querido nosotros. Y lo volveremos a querer si seguimos yendo a votarles, cuando lo que deberíamos hacer es botarles.
Le comentaba un alto mando a Rumsfeld durante la guerra del golfo que Saddam Hussein era un hijo de puta. Rumsfeld le contestó, si, ya lo sé, però lo hemos puesto nosotros, es nuestro hijo de puta. No nos quejemos pues, son los corruptos que hemos votado, nuestros corruptos.
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