Hacia finales de los ochenta, en plena expansión del sida, a un emisario chino enviado por Pekín a La Habana para negociar un acuerdo comercial con Fidel Castro, no se le ocurrió nada mejor que preguntarle al comandante que le faltaba al su pueblo, que le podría proporcionar el PCCH. "Preservativos" fue la breve respuesta del barbudo. Al cabo de unos meses llegó a La Habana un barco con un descomunal cargamento de condones made in China. Unos días más tarde, el Malecón se vistió de globos, que no eran sino los preservativos que los niños de La Habana hinchaban por su mayor diversión, ya que la medida china de los profilácticos distaba un poco de ser la de la población cubana.¡Y dicen que el tamaño no importa!.

Esta anécdota la cuenta en la vanguardia John William Wilkinson, y tiene que ver con la terrible pandemia que se acerca a Catalunya, mucho peor que la Covid, es el acabose, el desideratum..., en Cataluña está empezando a llegar el síndrome de Koro, ¿Habrá venido para quedarse?

Aqui se explica  que és la que serà la madre de todas las pandémias habidas y por haber.