LAS NOCHES AL FRESCO




No sólo en Andalucía la gente hace mucha vida en la calle. En Sabadell, viene de viejo la costumbre de tomar el fresco después de cenar, hay algunos en los barrios que aún cenan en la calle a día de hoy en Sabadell, y sacan las sillas para hacerla petar. Esta costumbre viene de cuando no había televisión y en verano después de cenar, o antes, a la que caía la tarde, cuando empieza a correr un poco de aire fresco, la gente sacaba las sillas a la calle frente a su casa y se 'juntaban unos cuantos vecinos para tomar el fresco.
Allí con la media luz de la calle, o incluso en el caso de Sabadell en la misma Rambla, la gente la hacía petar hasta tarde, y como ya he dicho algunos cenaban y otros echaban el trago mientras se liaban y fumaban el cigarrillo, que al fresco no hay control de alcoholemia ni prohibición de fumar. Allí se charlaba, se criticaba y se arreglaba el mundo en general, todo estaba permitido y nada prohibido, pues tomar el fresco, antes (ahora ya no sé) era gratis, y nadie se quejaba del ruido ni de nada.
A día de hoy, si se practicara tomar el fresco con asiduidad como antes, supongo que no estaría bien visto, los vecinos que no salieran a tomar el fresco se quejarían del ruido, y el Ayuntamiento intentaría cobrar algún tipo de impuesto por ocupación de vía pública, aparte de que como las ciudades las tenemos prácticamente a oscuras, para verse los vecinos deberían sacar farolillos o lámparas de camping gas. Nada, que no puede ser, hala, todos espatarrados en el sofá y a ver la Tele, con el aire acondicionado a toda pastilla, eso si.

Pues bien, Algar, un municipio español de 1.400 habitantes en la provincia de Cádiz, quiere convertir en Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad esta tradición de conversar entre vecinos, sentados en las puertas de sus casas en las tardes y noches de verano, cuando baja el calor, conocida popularmente como “charlas al fresco”. Para lograr ese reconocimiento y la protección de la UNESCO, el Ayuntamiento ha decidido animar a los habitantes de Algar, a través de la cuenta oficial del consistorio en Facebook, a salir a la calle y “sentarse al fresco, como siempre se ha hecho”.
“Nuestro lema es que las redes sociales no acaben con una tradición tan popular como las charlas al fresco y eso es lo que estamos intentando, que vuelvan las familias a las calles, los adultos, los niños, los mayores, y se junten”, explica a EFE el alcalde de este municipio, José Carlos Sánchez Barea. La iniciativa ha tenido una gran respuesta y desde ese día ningún vecino falta a su cita con el aire fresco al atardecer, sobre todo en estos momentos, cuando España afronta una ola de calor que en la zona en la que se encuentra Algar supera los 40 grados de temperatura.

Hablar tomando el fresco es una tradición extendida en muchos pueblos de España, sobre todo en verano, cuando se aprovecha la caída de la tarde para sacar las sillas a la calle. Estampas como esas son habituales en otros municipios pequeños, además de Algar. El alcalde de Algar no pierde la ilusión por que se reconozca esta tradición y anima a otros pueblos a que se unan a ella para hacer más fuerza. La singular iniciativa de este municipio ha llamado la atención incluso de medios internacionales como el periódico británico The Guardian, que hace unos días se hizo eco de esta campaña.

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