El senador Núñez Feijóo se estrenó ayer en la sesión de control en el Gobierno, un formato más atractivo que el del Congreso, ya que en la cámara alta los oradores disponen de más tiempo. Acudió al primer duelo dialéctico con el jefe del Ejecutivo con aire grave, seguro de sí mismo, con trece años de experiencia en el Horri, el Parlamento de Galicia. Feijóo sonríe muy poco y suele vestirse de oscuro, lo que le da un cierto aire funerario. Pedro Sánchez, cuyo equipo había estudiado la escena, compareció con chaqueta azul cobalto, aparentemente relajado y sonriente. Sonriendo más de la cuenta. Un presidente veraniego frente al nuevo fiscal del distrito.
Feijóo puso el foco en la cabalgata de la inflación, y Sánchez quiso contraatacar con el bloqueo del Partido Popular a la renovación de los principales órganos constitucionales. Entre la cesta de la compra y el Consejo General del Poder Judicial gana la cesta de la compra. Es fácil pedir rebaja de impuestos cuando van mal hechas. Más difícil es pagar a los servicios públicos cuando un país se complica. El presidente tuvo dificultades para contraatacar en el plano económico. Entre sonreír y sonreír, dejó entrever inquietud. Sabe lo que viene. Sabe que el próximo invierno puede ser muy duro.
Mientras Sánchez compareció con aire mediterráneo, Feijóo le acometió con gris atlántico. Sin embargo, el nuevo líder de la oposición cometió un error garrafal: dijo que la prima de riesgo se ha disparado hasta los 250 puntos básicos, cuando en realidad es de 113, cota razonable. Cuando Yolanda Díaz dijo que Feijóo no estaba preparado para ser presidente del Gobierno, se refería a esto, a que Feijóo (el tontopollas), lejos de su hábitat natural que es Galicia, es muy justito, todo esto le viene grande, demasiado grande y no tiene la pinta de salir muy bien parado. De hecho, el riesgo de la prima de riesgo lo tienen ambos en Andalucía, donde puede haber sorpresas, empezando por Vox que anda escondiendo a Olona para que no meta demasiado la pata. Y en el mientras tanto, el candidato Moreno Bonilla vuelve a verse con la vaca Fadie que le trajo la suerte en el 2018. Decididamente estas elecciones andaluzas no son del todo serias, aunque sean en el fondo tan importantes y no solo para Andalucía sinó para España.
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