Si queréis saber que diferencia hay entre viajar y hacer turismo leed este artículo de Irene Solà, y lo entenderéis.

"He pasado unos días en Foça, Turquía (antiguamente Phokaia o Focea). Desde donde, hace más de dos mil quinientos años, los foceos, griegos jónicos, zarparon para fundar colonias por todo el Mediterráneo: Lapseki, Elea, Marsella, Niza o Empúries.

En la actualidad, Foça es una ciudad costera llena de bañistas, pescadores y restaurantes, gatos y perros que duermen tranquilos cerca del agua, y barcas que ofrecen viajes a las islas de las sirenas de la Odisea. En medio de sus dos principales bahías hay una península, donde antiguamente se erigía el templo de Atenea, y desde donde hoy día dos mezquitas llaman a la oración.

La mayoría de los turistas son turcos, y aunque poca gente habla inglés, hemos sido capaces de mantener algunas conversaciones sobre el precio del queso, el pelícano solitario que vive en el puerto o los deliciosos helados de Nazmi Usta. También hemos conocido algunos arqueólogos que nos han enseñado las ruinas del teatro y la muralla de Herodoto y un grupo de gente joven que está filmando un documental sobre la ciudad.

Y quizá sea por el exotismo de nuestra presencia en este rincón del mundo, estos últimos nos han adoptado. Por las noches nos llevan a pasear y a beber cerveza artesanal que hacen ellos mismos, porque, nos dicen, la inflación en el país es tan exa­gerada que en el bar apenas se las pueden permitir. Mientras una luna con la forma exacta de la bandera turca nos ilumina y una mana­da de perros nos rodea, los ami­gos nos hablan del grupo de rebetiko de uno de ellos, de los antepasados abjasios de otro, de la historia reciente de Turquía y de su perspectiva más bien crítica del ­presente.

Nada parece sencillo en Turquía. Ni fácil de explicar ni de entender. Pero la cerveza es buenísima. De un dorado turbio y con un sabor que evoca a las cervezas de trigo. Les pregunto si le han puesto nombre. Dicen dirty vendors y ríen. La broma tiene que ver con un documental de la BBC sobre Orhan Pamuk en el que, en un momento concreto, paseando por las calles de Estambul, el escritor compra pastas a un vendedor ambulante, mientras una voz en off recita un fragmento de su libro Estambul donde el autor cuenta que su madre, cuando era un niño, le prohibía comprar comida y bebida a dirty vendors (vendedores sucios).

Seguimos bebiendo, y yo pienso que es un buen nombre para una cerveza. Y que según cómo, tienen la mitad de la campaña de marketing hecha."