BLOG DE FRANCESC PUIGCARBÓ - ÚLTIMOS ESCRITOS

LA POLICÍA DEL LENGUAJE INCLUSIVO




La policía de la moral en Irán ha sido cesada, dicen, o la han disuelto, aspecto que no creo se crea a nadie. Aquí, que nos consideramos muy avanzados y democráticos, tenemos otro tipo de policía, la de la Inspección de Trabajo con la cosa del lenguaje inclusivo, una policía ciertamente peculiar, surrealista. Véase el caso de Jaume Junyent, a quien le cambió la vida en el 2020 cuando su pastelería, Pa Artesà del Vallès, ganó el concurso al mejor chucho del mundo. Cuenta que sintió un orgullo muy grande que supuso una recompensa a 40 años de trabajo. Pero estos días está un poco triste. Y tiene motivos para estarlo. Su empresa ha sido sancionada por Inspección de Trabajo de Catalunya con una multa de 7.500 euros por unos anuncios que, a ojos de la administración, son discriminatorios. "Es muy injusto", se lamenta Junyent.
Todo se remonta al pasado mes de octubre. La empresa, que tiene 30 pastelerías repartidas por la provincia y la ciudad de Barcelona, necesitaba a dos personas para cubrir dos puestos: uno, de maestro pastelero (aún vacante); el otro, para trabajar de cara al público. Con este fin, imprimieron varios carteles y los exhibieron en los ventanales de las tiendas para pedir esto, un maestro pastelero y dependientas.
Resultó que, al tiempo que los carteles estaban expuestos, en una de sus pastelerías, a Parets del Vallès, recibieron una visita de Inspección de Trabajo. Todo se desarrolló con normalidad. Pero la sorpresa llegó días después en forma de carta en la que se les notificaba una sanción de 7.500 euros. ¿El motivo? Una discriminación laboral porque "no se había utilizado en los anuncios de trabajo presentes en el local un lenguaje inclusivo", explica Sergio Rodríguez, responsable de comunicación de la empresa.
Admite que se quedaron de piedra después de leer la misiva. “Lo que hicimos fue utilizar el término de maestro pastelero, que es un oficio para nosotros neutro, porque simplemente queríamos encontrar a una persona, nos da igual hombre o mujer, que tuviera una titulación profesional en pastelería y un bagaje que pudiera demostra ”, subraya. "De aquí a hablar de una discriminación en el trabajo o de machismo hay una distancia sideral", asegura. Sobre todo porque asegura que en su obrador, ubicado en Santa Perpètua de Mogoda, un 80% de los trabajadores "son mujeres, repartidas por todas las categorías profesionales, también en puestos de responsabilidad". Afirma que, de los 150 trabajadores que tiene la empresa en total, unos 115 son mujeres. En su opinión, discriminar no es poner "un cartel en masculino", sino que se presenten para el trabajo una mujer y un hombre "con las mismas condiciones" y se queden "con él solo por el hecho de ser hombre".
Para la empresa, todo se reduce a un error de interpretación del inspector. En el cartel en el que pedían un trabajador para atender a los clientes, sostiene Rodríguez, escribieron, en catalán, "dependientas" porque, si hubieran puesto "dependientes", se habría podido crear un equívoco, entendiendo por dependiente a la persona que depende de alguien o de algo.
Inspección de Trabajo sustenta la sanción en el artículo 16 (apartado c) de la ley sobre Infracciones y Sanciones en el Orden Social de carácter estatal, donde se explicita que supondrá una infracción muy grave “establecer condiciones, mediante la publicidad, difusión (...) que constituyan discriminaciones para el acceso al empleo por motivos de sexo, origen, incluido el racial o étnico...”.
Para pagar la sanción, contra la que recurrirán, deberían vender 3.061 chuchos, que es su "barco insignia". “Y hay que tener en cuenta que los hacemos de forma artesanal, uno por uno. Elaboramos unos 800 cada día”. Entienden, de todos modos, que la jurisprudencia les apoya. “Todos los casos parecidos al nuestro se han acabado archivando. Podemos tener algún defecto, pero no somos machistas”, concluye Sergio Rodríguez. Con la administración hemos topado amigo Sergio.
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4 comentarios:

  1. Esto del llamado lenguaje inclusivo tiene muchísimas incoherencias. Por ejemplo, términos como doctor, juez, actor...ya me parecen neutros, deberían valer tanto para hombres como para mujeres. Tampoco entiendo muy bien porqué se considera la terminación en o como masculina, la términación en a como femenina y la en e como neutra. Además, por ejemplo, poeta ya es femenino, lo masculino entonces sería poeto, y no se usa. Y las acabadas en a como psiquiatra, pediatra, electricista...¿hay que "masculinizarlas" acabandolas en o entonces? Y palabras que son neutras, como presidente, que ya deberían valer para ambos sexos ¿porqué ese empeño en "feminizarla"". Son sólo algunos ejemplos de las muchas incongruencias que hay con este tema. El caso del que hablais en el artículo es un esperpento de manual.

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  2. En definitiva, decirle a Sergio que ánimo, adelante, y que se lo tomen con el mayor sentido del humor que puedan dentro de las circunstancias, por lo menos que no nos amarguen el carácter.

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  3. Pero claro, como sobre este tema ya se enreda sobre el enredo, se riza el rizo, los términos que acaben en e, como presidente, teniente...ya tienen también su propia acepción, o pueden tenerla, y ya no ser neutros. Recordemos lo de todos, todas y todes. No en todos los casos pero si en muchos, por ahí van muchos tiros.

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