Los fríos índices del crecimiento de la inflación, especialmente de los alimentos, tienen consecuencias tangibles para la sociedad. No se ven en un primer momento, pero cuando pasan los meses las organizaciones humanitarias que trabajan a pie de calle descubren la dura realidad de muchas familias que ya no pueden vivir sin ayudas de terceros. La Cruz Roja cifró ayer que en Catalunya la pobreza extrema creció un 31%. No nos extenderemos mucho en explicar que este tema no está presente en la campaña electoral, que no lo está. Solo vale este pequeño artículo para tratar de influir, poco o mucho, en el ánimo de los lectores. El número de personas vulnerables en Catalunya no ha parado de crecer y la superación de la pandemia y la mejora de la economía no han llegado a todas estas capas de la población.
No todo está perdido. La Cruz Roja catalana cuenta con más de 217.000 socios a los que hay que sumar todos los voluntarios de tantas asociaciones que existen en el país para ayudar de forma desinteresada a los que se quedan por el camino. Cada domingo, en la sección Todos Solidarios , intentamos acercarnos a la realidad de estas entidades con el único objetivo de poner en valor la importancia de estas acciones. Las ganas de la gente en ayudar a los más necesitados son un hecho. No somos una sociedad egoísta y, lo que es más importante, muchos de los socios voluntarios son jóvenes.
Sin embargo, siendo esto muy importante, la que no puede fallar es la Administración. Y el tercer sector se queja con mucha razón de los problemas burocráticos que se arrastran para que las partidas destinadas a los más necesitados se puedan distribuir bien y a tiempo. Los gobiernos crean infinidad de palancas para ello, como el ingreso mínimo vital, la renta garantizada de ciudadanía o los subsidios de la ley de Dependencia, pero después todas estas ayudas cuesta mucho que lleguen a su destino.
Existe también mucha pobreza infantil y hay una parte de población de personas mayores que viven en una situación de gran vulnerabilidad. No se hablará de todo esto en la campaña, ni será traída esta noticia en ningún diario, pese a que la publica Jordi Juan el director de la vanguardia, como tampoco fue llevada ayer el salvaje asesinato de una mujer embarazada en Manresa. El número de mujeres asesinadas en España, es superior, contando a partir de 2001, a las victimas d'ETA.
Pero las portadas de hoy son la derrota del Madrid, los tiestos de Ayuso o las vomitivas declaraciones de Pedro Rollàn. El 31% de aumento de pobreza extrema, no sólo en Catalunya y las víctimas de la violencia de género parecen no ser de las noticias que interesan a la gente.
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