En la genial película «La vida de Brian», de los no menos geniales Monty Python, el líder del Frente Popular de Judea, se preguntaba en uno de los conciliábulos de la Jerusalén del año 33: ¿Qué han hecho los romanos por nosotros? Tras un corto silencio, uno de los presentes respondía:
«– El acueducto.
–Ah sí sí, eso sí nos lo han dado.
–Y el alcantarillado.
–Sí, de acuerdo, reconozco que el acueducto y el alcantarillado nos los han dado los romanos.
–Y las carreteras.
–Evidentemente, las carreteras, eso no hay ni que mencionarlo, hombre. Pero aparte del alcantarillado, el acueducto y las carreteras…
–La irrigación, la sanidad, la enseñanza, el vino, los baños públicos, el orden público.
–Bueno, pero aparte del alcantarillado, la sanidad, la enseñanza, el vino, el orden público, la irrigación, las carreteras y los baños públicos, ¿qué han hecho los romanos por nosotros?».
Bromas aparte, algo parecido es lo que parece que está ocurriendo en estos tiempos líquidos, en los que tras lidiar contra una pandemia, con la erupción de un volcán, con Filomena, con una guerra en territorio Europeo y contra el acoso y derribo de la oligarquía económicamente, financiera, empresarial y mediática de este país, el Gobierno de Pedro Sánchez, se asemeja cada vez más a los romanos de Poncio Pilatos, mientras el Frente Popular de Judea y el Frente Judaico Popular, siglas bajo las que se agrupa la derecha y la ultraderecha patria y, lo que es peor, miles de ciudadanos mileuristas desclasados y desnortados, se preguntan a diario: ¿Qué han hecho los romanos por nosotros», o mejor dicho. ¿Qué ha hecho el Gobierno por nosotros?
El brutal desgaste a que está siendo sometido este Gobierno desde el frente político, económico, judicial y mediático, no puede ocultar una más que notable tarea legislativa, cosechada con la dificultad añadida de tenerla que sacar adelante con dificilísimos equilibrios, fruto de su debilidad parlamentaria.
Pero además de un importante número de leyes, la sociedad española le debe a los «romanos» del Gobierno, que esa actividad legislativa se haya caracterizado por un extraordinario componente social, articulando desde el Parlamento todo un escudo que ha protegido empleos e ingresos de millones de españoles, que con toda seguridad se hubieran evaporado de haber sido otro el color gubernamental, como bien recordarán todos los damnificados por las medidas de los gobiernos del PP durante la última crisis que trituró empleos, ahorros, viviendas y la autoestima de todo un país que, según quienes después han sido condenados por múltiples delitos económicos, vivía por encima de sus posibilidades.
Los «romanos» del Gobierno han elevado el salario mínimo interprofesional un 33,5 por ciento y aunque según los profetas del Apocalipsis, esa subida iba a suponer una drástica destrucción de empleo, mes tras mes se baten los récords de contratación, gracias también a otra de las cosas que han hecho los «romanos», como es la reforma laboral, que limita la contratación temporal y ha conseguido las mayores cifras de empleo indefinido y de cotizantes a la seguridad social de nuestra historia.
Pero también estos «malvados» romanos del Gobierno, han puesto en marcha el Ingreso Mínimo Vital, que permite que decenas de miles de familias no tengan que ponerse a mendigar y puedan sobrevivir con unas mínimas condiciones de dignidad, que el Frente Judaico Popular votó sin demasiado entusiasmo, más por el qué dirán, que por convencimiento de que era una medida de justicia elemental.
Si seguimos preguntándonos que más han hecho por nosotros los «romanos» de Pedro Sánchez, podríamos añadir que da tranquilidad a más de nueve millones de pensionistas que saben que aunque la inflación siga desbocada, no verán mermado su poder adquisitivo, ya que sus pagas se incrementarán en la misma medida que haya subido el coste de la vida. Si no estuviéramos gobernados por estos «romanos», esos pensionistas serían al acabar este año un 10 por ciento más pobres, ya que en tiempos del procónsul Rajoy, sus pensiones se actualizaban con un mísero 0,25% anual.
En mitad de una brutal pandemia que desplomó nuestra actividad económica a niveles de la guerra civil, los «romanos» del Gobierno, fueron capaces de articular el milagro de los ERTEs y los créditos ICO, que salvaron millones de empleos y decenas de miles de empresas, que con las políticas austericidas empleadas por el Gobierno de Mariano Rajoy en la anterior crisis, llevarían años criando malvas.
Pero no contentos con ello, los malvados «romanos» han conseguido la segunda mayor cifra de fondos europeos para la reconstrucción de todos los concedidos por la UE, a pesar de que las arteras maniobras del Frente Popular de Judea, versión PP, para boicotear la consecución de esos fondos, porque como ya dijo uno de sus centuriones, no importa que España caiga «que ya la levantaremos nosotros».
Esos mismos romanos a los que la carcundia de este país ha negado el pan y la sal desde el primer día, actuando como auténticos felones antipatriotas, son quienes han conseguido el record de vacunaciones contra la COVID en el mundo occidental, aunque el líder del Frente Judaico Popular, vaticinó que necesitaríamos cuatro años para hacerlo. A día de hoy se han administrado 107 millones de dosis y se han vacunado más de 40,6 millones de españoles, lo que supone el 85,7% de la población.
A los»romanos» también les debemos la Ley de Muerte Digna, que nos permite decidir nuestra muerte asistida de todos los alivios y cuidados paliativos médicos adecuados, así como con todos los consuelos humanos posible, evitando el sufrimiento y manteniendo el control y la autonomía, conservando nuestra dignidad y libertad hasta el final de la existencia.
Pero es que además, estos romanos bolivarianos y bilduetarras han hecho posible que las 400.000 empleadas de hogar, dadas de alta como tales, puedan cobrar el paro desde este mismo mes de julio, cosa que no ocurría en los tiempos del Frente de Liberación de Judea.
A pesar de todo lo anterior, desde esa confederación judaica popular, integrada por las derechas patrias y sus terminales jurídicas, económicas y mediáticas, se siguen preguntando, ¿qué han hecho los romanos por España? Además de los ERTE, los ICO, los Fondos Europeos, la subida del salario mínimo, el ingreso mínimo vital, la revalorización de las pensiones, la reforma laboral, el récord de vacunaciones contra la Covid, el de empleo y el de cotizantes a la seguridad social, o la ley de muerte digna… Pues bien, podríamos añadir que la Ley de la Vivienda, que limita la subida indiscriminada del precio de los alquileres; la Ley de Educación, que bate récords de becas a quienes más las necesitan y no a familias que ingresan más de 100.000 euros anuales; la Ley de Protección a la Infancia, la Ley de Bienestar Animal, o la Ley de Cambio Climático.
Es posible que los «romanos» del Gobierno hubieran podido hacer algo más por nosotros, pero lo que es seguro es que si el Gobierno hubiera estado en manos del Frente Popular de Judea, a estas horas el Gólgota estaría atestado de las cruces de nuestros pensionistas, de nuestros enfermos, de nuestros estudiantes, de nuestros trabajadores y del lucero del alba… ¡Hay que joderse con estos romanos!. - Agustín Martínez -
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