El vínculo de la ciudad con la comunidad hondureña no es ni mucho menos reciente. Las primeras páginas se empezaron a escribir en 1976, cuando la ahora septuagenaria Rosa María Álvarez, junto a otras amigas, vino a trabajar en hogares de la ciudad. “La necesidad apretaba, yo venía de una familia muy pobre y no tuve apenas oportunidades de ir a la escuela; a los 8 años me puse a trabajar en una tienda, en una tabacalera, en las casas y mi último empleo allí fue en un McDonald’s”, explica la mujer que espera poder regresar a su país natal para pasar allí sus últimos años de vida. A los 24, recibió una oferta para ir a trabajar en tareas del hogar para una mujer de Girona.
Vino por dos años y lleva aquí 47, periodo durante el cual ha formado una familia y no ha parado de trabajar. “Hasta que me jubilé nunca me ha faltado empleo”, asegura la mujer, natural de Talanga, a unos 50 kilómetros de la capital del país, Tegucigalpa. La mayoría de mujeres hondureñas afincadas en Girona, proceden, precisamente, de esta ciudad. El boca a oreja, como en muchos procesos migratorios, ha sido determinante.
En noviembre había más de 7.300 hondureños empadronados en la ciudad. La licenciada en pedagogía Mariela Sandres, víctima de violencia de género en su país, llegó hace cuatro años y medio, animada por su red familiar y de amistades que ya tenía en Catalunya. Tras un tiempo en Barcelona, trabajó al cuidado de niños, ancianos y personas con discapacidad. Ahora lo hace en el consulado de Honduras en Barcelona, pero mantiene su hogar en Girona.
De no ser por el artículo de Silvia Oller en la vanguardia, los hondureños de Girona serían inmigrantes olvidados, como su país.
2 Comentarios
Pues mis mejores votos por estos afortunados hondureños. Digo afortunados porque muchos otros tienen que trasladarse a través de fronteras y ríos y policías y bandidos de países centro y suramericanos, como se ve en la imagen que coloqué el otro día de la mujer y el niño en medio de un río.
ResponderEliminarMe he acordado de ella al leer el artículo, en el enlace que he puesto comentan estas migraciones hacia México y Estados Unidos. La mirada de la mujer de la gorra rosa es difícil de olvidar.
EliminarSaludos.