Cada vez que tenemos una investidura, nuestros políticos se ponen a citar poetas. Quisiera pensar que lo hacen de buena fe y con la mejor de las intenciones, pero una frase, y más aún, un verso fuera de contexto, puede decir lo contrario de lo que quiere aseverarse, lo saben bien Feijóo o Aznar.
En la transición las citas de poetas tuvieron un gran predicamento. Está claro que hay autores recurrentes, como es el caso de Machado, que se lleva la primera posición de la Andalucía progre, está claro que con un valedor como el señor Alfonso Guerra cualquiera entra en conflicto. Pero también hay machadianos de orden, todo dependerá del sentido que se le quiera dar al verso y su contexto: Sin ir más lejos, "Envuelta en sus andrajos, desprecia cuanto ignora", no vale para ser citada por según quien.
En Catalunya Miquel Martí i Pol era, y es, el más citado por el amplio espectro de políticos rapsodas: independentistas, izquierdistas y, cuando los había, comunistas; y los jóvenes comprometidos lo leían y lo entendían. Un poeta querido que no lograron devaluar los jabalíes parlamentarios, quizás porque nunca fue ambiguo escribiendo, ni metafórico. En cambio, Espriu es el más citado aquí y allá. Los políticos en sus intervenciones le citan a menudo convirtiendo sus versos en eslóganes. La Piel de Toro ha servido, debidamente desbrozado, para darse la razón a sujetos de todo tipo de ideologías atraídos por la dimensión ibérica y el enigma peninsular que abarca. Esta ha sido una costumbre de la democracia que todavía parece tan novedosa, a pesar de no serlo. Sin embargo, hay que citarlo bien, que a menudo no es el caso...
LA PIEL DE TORO
A veces es necesario y forzoso
que un hombre muera por un pueblo,
pero nunca debe morir todo un pueblo
por un hombre solo:
recuerda siempre esto, Sepharad.
Haz que sean seguros los puentes del diálogo
y trata de comprender y amar
las razones y hablas varias de tus hijos.
Que la lluvia caiga despacio en los sembrados
y el aire pase como una mano tendida
suave y muy benigna sobre los amplios campos.
Que Sepharad viva eternamente
en el orden y en la paz, en el trabajo,
en la difícil y merecida
libertad.
Salvador Espriu, La pell de brau. Obres completes – Edició crítica. Barcelona: Edicions 62 i Centre de Documentació i Estudi Salvador Espriu, 2008, vol. XII. lavanguardia.com
Para mí ese poema de Espriu es paradigmático. Un emblema. Aunque s epueda manipular y utilizar por tirios y troyanos está circunscrito a un tiempo y a un lugar. Pero ¿no será que se cierne la sombra de un tiempo y un lugar que creímos superado y entonces adquiere de nuevo un significado vívido?
ResponderEliminarExactamente, se trata de eso, vuelven los tiempos sombríos.
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