La del 11-M fue trumpismo antes de Trump, una fake news que duró años, que pasó del “ha sido ETA” transmitido por José María Aznar a los directores de los diarios el día del atentado a convertirse en una “teoría de la conspiración” que se estiró como un chicle. El diario el Mundo fue el más insistente en esta teoría, repitiéndola hasta la extenuación.
¿Habría triunfado la mentira si hubiera existido Twitter? Los SMS que sirvieron para convocar a miles de personas frente a las sedes del PP habrían tenido contrapartida en las redes si hubieran sido tuits. “Al Qaeda ha reivindicado el atentado de Madrid cuatro veces y el gobierno lo oculta. Pásalo”, “¿Aznar de rositas? ¿Lo llaman jornada de reflexión y Urdaci trabajando? Hoy 13M, a las 18h. Sede PP, c/Génova 13. Sin partidos. Silencio por la verdad. ¡Pásalo!”.
Por primera vez se usó el móvil para difundir información ajena a la oficialidad de los partidos y los gobiernos. La persona que envió el primer mensaje sigue en el anonimato aunque Pablo Iglesias explicó en el 2014 que salió de su entorno. De las 17 primeras personas que recibieron ese SMS, cinco acabaron diez años después en el consejo político de Podemos. En las manifestaciones del día 12 se gritaba: “¿Quién ha sido?”. Al día siguiente, jornada de reflexión, el tráfico de SMS creció en España un 20%. El domingo, jornada electoral, el incremento fue del 40%, según informó Bloomberg en su momento. El móvil se consolidó como herramienta política ciudadana, pero también los partidos aprendieron a usarlo. Hoy se segmentan los mensajes y el algoritmo hace que cada uno lea lo que quiere leer. Con el “pásalo”, empezó todo..
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