A la pregunta de “¿qué os gustaría ser de mayores?”, uno de cada tres niños españoles responde que influencer . En España hay 1,56 millones de influencers, según un estudio realizado por IAB Spain y Nielsen. Esta cifra incluye a todos los usuarios de las redes sociales con más de un millar de seguidores y permite concluir que suponen el 15% de los prescriptores digitales activos en Europa. España es una verdadera potencia en Instagram: dos de cada cien usuarios tienen más de mil followers. ¿Eso es bueno o es malo? Depende. Pero debería preocuparnos que las nuevas generaciones piensen que el camino más corto para ganar dinero, pasarlo bien y conseguir reconocimiento social es colgando fotos y vídeos en Instagram, TikTok y YouTube. Además, se trata de un universo sin limitaciones, donde los usuarios se sienten empoderados. Los influencers son un fenómeno global al alza, cuyas prescripciones nos acaban influyendo en usos y costumbres, si bien detrás de muchos contenidos están las marcas que pagan.

La revista económica Forbes también ha incluido en sus rankings de riqueza a los influencers. Marcha en cabeza un tal Mr.Beast (Señor Bestia), que es el pseudónimo de Jimmy Donalson, de 24 años y natural de Wichita (Kansas), que empezó a subir vídeos a YouTube con 13. Su número de usuarios no crecía hasta que en el 2017 hizo el vídeo Contando hasta cien mil. La grabación consistía en contar sin parar para alcanzar esta cifra en menos de 24 horas. A partir de ahí no ha parado de conseguir récords como romper cristales con cien megáfonos o permanecer todo un día debajo del agua. Hoy tiene 162 millones de seguidores, gana 54 millones al año y se permite ser filántropo de causas que le parecen justas. El impacto de este mundo ha desconcertado a padres y pedagogos, que ante este fenómeno aconsejan que los menores tengan un horario limitado en las redes y se les eduque en su uso en casa y en la escuela. Y estaría bien que dedicaran el mismo tiempo a pensar o a leer. Nos lo advirtió un sabio portugués como José Saramago: “El mundo se está convirtiendo en una caverna igual que la de Platón: todos mirando imágenes y creyendo que son realidades”. 

Pero el universo influencer tiene también su cara oscura, Moe Sa Nay, no és la primera i será la última. La joven influencer de 14 años, quien acumulaba más de 150.000 seguidores en su cuenta de TikToK, ha fallecido de forma trágica mientras se encontraba de vacaciones con una amiga. Cuando decidieron ir a visitar la cascada de Sinywa, una de las más populares de la localidad situada en el continente asiático, la influencer intentó hacerse un selfie con su mejor amiga y, mientras intentaban buscar el lugar perfecto para la fotografía, ambas se precipitaron por la cascada. Moe Sa Nay fue arrastrada por la corriente río abajo y se quedó atrapada entre varias rocas. Tras varios intentos, la joven creadora de contenido no logró salir y acabó muriendo ahogada a causa de la profundidad del río. Por el contrario, su amiga si consiguió salir hasta la superficie y apenas presentó heridas leves.