AVENTURAS EN DEMOCRACIA


La escritora y académica japonesa-estadounidense da clases en Berlín y acaba de publicar en español el libro 'Aventuras en democracia', una mirada crítica y optimista centrada en la responsabilidad ciudadana. El libro de Erica Benner no es uno más sobre la crisis de la democracia occidental. La filósofa y profesora universitaria ofrece un viaje que pasa por Japón, Hungría, Reino Unido, Polonia, Estados Unidos y Georgia en el que mezcla dudas personales con la historia de las raíces democráticas en la antigua Grecia y los retos actuales de la democracia moderna nacida hace casi 250 años (explica por qué fue en Estados Unidos y no en Inglaterra). Benner, que ha dado clase en las universidades de Oxford, Yale y la London School of Economics, nació en Japón de padres estadounidenses y vive desde hace más de dos décadas en Berlín, pero su espíritu nómada refleja los dilemas de la democracia desde una perspectiva muy variada. Su libro, recién publicado en España por Editorial Crítica, se llama Aventuras en democracia y el título, idea de su editor, refleja bien su intento de escribir un ensayo que entretenga e incluso divierta.

La entrevista que ha concedido a el diario.es es más larga, pero he recopilado un fragmento de la misma en que habla de como debería ser la democracia en el siglo XXI, que Feijóo y otros líderes políticos deberían leer, a ver si así actuaban honestamente y de manera políticamente correcta. No como ahora que va Feijóo a Grecia y mientras alaba la gestión de los griegos, denuesta y critica la del Gobierno Español, por qué igual no ha caído en la cuenta que es el Gobierno de SU país.


Otro de los grandes asuntos de su libro es la desigualdad económica. ¿Hasta qué punto es una amenaza para la democracia?

Es el mayor problema. Es algo que sentí muy joven sin saber nada de economía, simplemente yendo a visitar la casa de mi madre en Luisiana. Y viniendo de Japón, nunca había visto desigualdad tan grande. Luego empecé a conectar eso con el hecho de que hay tantas personas excluidas ya sea por raza, origen social o simplemente mala suerte de un sistema de mercado económico hípercompetitivo. 

Eso obviamente va a distorsionar la democracia, porque el punto básico de la democracia no es sólo proteger la libertad de cada individuo, lo que significa que puedes hacer lo que quieras. El punto básico de la democracia es tratar de unir a las personas, que compartamos el espacio y el poder incluso cuando no estemos de acuerdo de una manera sostenible en el tiempo, no solo en el momento. 

Y si hay desigualdades enormes por las que las personas que tienen más poder no tienen contacto con nadie más, entonces falta el sentido de responsabilidad mutua y es fácil que olviden que hay un amplio espacio que las sostiene. Todos deberíamos ayudar a sostenernos entre nosotros. Cuando eso desaparece, la gente se siente mucho más atraída por los partidos políticos que protestan contra el sistema, que es sobre lo que se basa gran parte de la extrema derecha.

El punto básico de la democracia no es solo proteger la libertad de cada individuo, lo que significa que puedes hacer lo que quieras. El punto básico de la democracia es tratar de unir a las personas, que compartamos el espacio y el poder, incluso cuando no estemos de acuerdo de una manera sostenible en el tiempo, no solo en el momento. 

No creo que sea realista buscar la igualdad a la par en una sociedad grande, dinámica, de personas libres. Esto se remonta a las ciudades más pequeñas de la antigua Atenas. Y todavía vemos los mismos patrones, incluso en sociedades pequeñas y homogéneas. Como dijo Maquiavelo, habrá algunas personas que obtendrán mucho más que otras y muchas veces querrán dominar a los demás porque tienen mucho más. Y luego habrá otras que no querrán ser dominadas y reaccionarán frente a quien ejercer el control. 

La forma en que los seres humanos trabajan juntos tiene desequilibrios. Y por eso la democracia es un sistema que en su raíz intenta lograr un equilibrio sabiendo siempre que será imperfecto. Si pensamos que la democracia tiene que lograr un equilibrio perfecto y luego arreglarlo como una máquina, entonces no volverá a moverse a menos que alguien haga algo muy malo y corrupto. Eso es ingenuo. Pero muchas personas en la era moderna han operado con una idea automática de la democracia en la que se configura la maquinaria, se establecen las instituciones y una constitución, con una sociedad que no sea desigual de manera muy llamativa, y luego ya funciona sola. Pero no, no se gestiona sola. Debes tener personas muy comprometidas no sólo con la idea de mantener intactas las instituciones, sino también el equilibrio en la sociedad, incluso cuando son ellas las que podrían estar perdiendo un poco. Quizás tengas que pagar más impuestos porque eres más rico que yo. Pero si no tienes a nadie que quiera hacer eso, entonces la democracia está muerta. La democracia necesita de personas comprometidas. Y todo esto significa el equilibrio. 

Muchas personas en la era moderna han operado con una idea automática de la democracia en la que se configura la maquinaria, se establecen las instituciones y una constitución, con una sociedad que no sea desigual de manera muy llamativa, y luego ya funciona sola. Pero no, no se gestiona sola. Debes tener personas muy comprometidas no solo con la idea de mantener intactas las instituciones, sino también el equilibrio en la sociedad

Como usted dice, algunos problemas ya estaban en la raíz de la creación de la democracia antigua en Grecia. ¿Hablamos más de esto por lo que está pasando en Estados Unidos ahora o hay una crisis más específica de estos tiempos?

La globalización significa que muchos mercados están poco regulados, lo que termina beneficiando a algunos mucho más que otros. La globalización está impulsada en gran medida por Estados Unidos. Recuerda a la antigua Atenas, que también era hegemónica, pero cuanto más grande se hacía, más complacientes se volvían los atenienses acerca de lidiar con sus propios problemas. Se enamoraron de la imagen de sí mismos como los mejores, los más grandes y los más libres. Dejaron de buscar su propio equilibrio dentro de Atenas, pero también se excedieron en términos de tratar de dominar otras ciudades en una guerra que resultó en la crisis de la democracia ateniense.

También creo que algunas ideas modernas han causado algunos problemas en la democracia. Por ejemplo, la idea de democracia unida con el progreso, porque la gente se vuelve complaciente al pensar que si tenemos buenas instituciones democráticas, somos poderosos y nuestra gente parece estar relativamente bien, entonces todo irá por buen camino. Esto conduce a la falta de autocrítica, que es necesaria para la salud de la democracia. 

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