La operación de guerra sorprendente por parte de Israel ha provocado la explosión de múltiples dispositivos buscapersonas propiedad de miembros del partido-milicia chií Hezbollah en Líbano y Siria y ha dejado una treintena de muertos y más de 3.000 heridos, así como múltiples edificios incendiados. Se desconoce todavía la metodología para provocar las explosiones, pero la principal hipótesis es la de un ataque informático. También se sospecha de un posible sabotaje. Por eso, surge la pregunta de si podría llegar a ocurrir lo mismo con cualquier dispositivo electrónico en todo el mundo.

Los aparatos afectados por el ataque de Israel son mucho menos complejos que los teléfonos móviles, ya que utilizan frecuencias de radio específicas y solo envían mensajes unidireccionales para destinatarios concretos sin poder recibir la respuesta, en la mayoría de casos. Hezbollah emplea a unos fabricados por la empresa húngara BAC Consulting KFT para evitar que la Mossad, el servicio de inteligencia israelí, controle sus comunicaciones y los geo localice. Reuters y The Wall Street Journal informan que Hezbollah había recibido el lote de los "buscas" recientemente, que da fuerza a la hipótesis del sabotaje. Hezbollah y los testigos de las explosiones, en cambio, relatan que los aparatos recibieron múltiples mensajes simultáneos, lo que provocó un sobrecalentamiento y la explosión por un escape térmico. Esta segunda hipótesis, la del ataque informático, podría preocupar a la población mundial que dispone de un teléfono móvil, ya que las baterías de los smartphones modernos también son de litio. Ahora bien, los expertos descartan ese peligro, ya que los móviles incorporan medidas de hardware para evitar los sobrecalentamientos. Además, Apple y Google han preparado sus sistemas para controlar el sobrecalentamiento de baterías. Podemos estar, pues, tranquilos, solo continuaremos recibiendo llamadas no deseadas de los terroristas, de los teléfonos recuperados de las antiguas cabinas telefónicas, que quieren engañarnos, y mensajes no deseados, mientras nos intentan estafar a través del WhatsApp. No explotará nuestro móvil, pero sí nuestra paciencia ante la impunidad por acosarnos de estos terroristas 2.0. Otro tipo de talibanes que actúan con total impunidad. Y la pregunta que me hago es: ¿Telefónica no puede dar de baja todos estos teléfonos tóxicos que vendió procedentes de las antiguas cabinas telefónicas?. De la misma manera que puede bloquearlos, podría darles de baja, digo yo. Al fin y al cabo, el mal uso que se hace de estos números es, en gran parte, responsabilidad de la Compañía.