Dolors Montserrat salió de la sala de audiciones del Parlamento Europeo exclamando: “¡La hemos tumbado!”, “¡la hemos tumbado!”. Algunos periodistas tomaron nota. La tenaz eurodiputada del Partido Popular se refería a Teresa Ribera, candidata a ocupar la principal vicepresidencia de la futura Comisión Europea. La semana que viene sabremos si la euforia de la más vehemente guerrillera del PP español en el Parlamento Europeo estaba debidamente conectada con la realidad. Todo dependerá de la firmeza que muestre en los próximos días la presidenta Ursula von der Leyen en defensa de su futuro gobierno. La nueva Comisión, sometida al voto del Parlamento Europeo, lleva su sello. Von der Leyen se juega su autoridad política en este episodio. Y la autoridad política de la presidencia de la Comisión Europea no es poca cosa en las actuales coordenadas del mundo. El próximo mes de enero, Donald Trump tomará posesión como nuevo presidente de los Estados Unidos, y en febrero se celebrarán elecciones federales anticipadas en Alemania. La semana pasada Von der Leyen salió en defensa de Ribera tras las primeras acometidas del PP español, en busca de un chivo expiatorio socialista que compense el descrédito de Carlos Mazón en la Comunidad Valenciana por la mala gestión de la riada del 29 de octubre. La onda que llega en estos momentos de Bruselas es que va a haber un acuerdo, con o sin el PP español. Lean la crónica que Anna Buj, corresponsal en la capital europea, publica hoy en La Vanguardia.

“¡La hemos tumbado!”, exclamaba hace una semana Dolors Montserrat en los pasillos del Parlamento Europeo. Quizá no fue tan ingenua. La semana pasada, el PP quería mover el foco del debate doméstico español. Después de la multitudinaria manifestación de València en protesta por la mala gestión de la riada, necesitaba fomentar la idea de que ha habido dos culpables: Mazón y Ribera, sobre todo Ribera. En términos militares se trataba de una maniobra de distracción para reducir la presión negativa sobre el PP, que empieza a ser perceptible en las encuestas. Abrir otro frente para restar presión. Confundir para salvar una situación adversa. En la tradición militar rusa esa táctica se conoce como maskirovka, mascarada, disfraz. La maskirovka de Alberto Núñez Feijóo, Esteban González Pons y Dolors Montserrat puede acabar la semana que viene con 22 eurodiputados del PP español votando en contra de los 14 comisarios del PPE propuestos por Ursula Albrecht, de casada, Ursula Von der Leyen