¿POR QUÉ NOS CUESTA TANTO DIALOGAR


En un mundo donde la comunicación es clave para el entendimiento y la convivencia, el diálogo parece ser cada vez más esquivo. ¿Por qué nos cuesta tanto dialogar? Esta pregunta resuena en muchos ámbitos, desde las relaciones personales hasta los grandes debates políticos y sociales.  Uno de los pilares del diálogo es la escucha activa. Escuchar no significa simplemente oír las palabras de la otra persona, sino entender y empatizar con su punto de vista. Sin embargo, en una sociedad acelerada y saturada de información, muchas veces estamos más concentrados en preparar nuestra respuesta que en realmente escuchar. Esto genera malentendidos y frustra el intercambio de ideas. No todos hemos sido educados en habilidades comunicativas efectivas. La capacidad de expresar nuestras ideas de manera clara y respetuosa, así como la habilidad de negociar y encontrar puntos en común, son habilidades que se desarrollan con práctica y aprendizaje. Sin estas herramientas, el diálogo puede convertirse rápidamente en un intercambio de monólogos sin conexión. La polarización política y social también juega un papel importante. Cuando nos alineamos fuertemente con un grupo ideológico, tendemos a ver el mundo en términos de "nosotros contra ellos". Esta visión binaria dificulta la apertura hacia el otro y cierra la puerta al diálogo, ya que cualquier opinión contraria se percibe como una amenaza. El miedo al conflicto, la inseguridad y otras emociones negativas pueden impedirnos dialogar. Tememos ser juzgados, incomprendidos o rechazados. Estas emociones, muchas veces inconscientes, nos frenan y nos hacen evitar conversaciones difíciles pero necesarias. 

Dialogar es una habilidad esencial para construir puentes y resolver conflictos. Requiere paciencia, humildad, y disposición para escuchar y entender al otro. Aunque nos cueste, el esfuerzo de mejorar nuestras habilidades comunicativas y superar nuestras barreras personales vale la pena. Un mundo donde el diálogo fluya libremente es un mundo más comprensivo y conectado. 

Podrían tomar nota nuestros políticos, incapaces de tener la mínima empatía y dialogar con sus contrarios, que no enemigos.

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Comentarios

  1. No puede haber diálogo si no hay escucha. No hay escucha por los encastillamientos, sobre todo en un sector social sin complejos de su mediocridad e ignorancia. Ese sector que se cree tener opinión por seguir emisoras o redes de desinformación y adoctrinamiento. Por cierto los que menos han dialogado nunca son ahora los más encastillados. Dialogar en décadas pasadas (los 60, 70, 80 sobre todo) etra síntoma y práctica progresista. Los conservadores de entocnes no querían saber nada de diálogo.

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  2. Pero la derecha de los 60,70,80 era mucho más civilizada y dialogante que la actual. Incluso más patriota.

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  3. Buena entrada. Me hace recordar a un señor a quien conocí durante unas vacaciones, de historial político "vieja guardia" comunista según su biografía en la Wikipedia y que, una vez que nos pusimos a charlar sobre lo divino y lo humano, resultó un verdadero placer. Escucha mutua, petición de detalles, objeciones razonadas, replanteamientos, reflexiones conjuntas junto a una jarra de cerveza… Sin desprecios, solo dos personas que querían vivir una “buena vida” desde planteamientos nacidos a partir de experiencias distintas y sin que ello significara robar su propia vida a los demás a cambio. Ojalá el mundo se sintiera inspirado por aquel señor y aquellas cervezas, no por otros que…

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  4. Los comunistas eran gente de mucho diálogo, retórico a veces, pero capaces de debatir sobre ideas, ahora impera el cretinismo de personajes mediocres, incapaces de debatir ante a ineficiencia de los periodistas que simplemente son de un bando o de otro y de esa manera actúan.

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