Pat Metheny ha dado la vuelta al mundo un montón de veces pero casi nunca para tocar en solitario. El jueves, la estrella de Missouri volvía al Palau de la Música de la mano del Festival de Jazz de Barcelona para su primera gran gira mundial en este formato. Y a mitad de recital, más locuaz que nunca -"veréis que hoy hablo más de lo que he hablado en 40 años de conciertos en Barcelona"-, contó que un día antes de arrancar el 'tour' recibió unas cuerdas nuevas que había encargado en Amazon. Eran cuerdas de nylon, explicó, de las que se usan para la guitarra española. Solo que esas en concreto eran especiales. Estaban pensadas para la guitarra barítono, un instrumento a medio camino entre el bajo y la guitarra de toda la vida. Para el común de los mortales esto no tendría mucho interés. Pero Metheny lo contaba entusiasmado. ¡La cantidad de cosas nuevas que podría hacer con esa nueva combinación de materiales! ¡Nuevos timbres! ¡Afinaciones distintas! ¡Quién sabe!
Y cuando parecía que ya había contado toda su historia, puso en marcha el Orchestrion, una gigantesca y vistosa caja de música inventada por él mismo que parece que toque sola, en un tramo final más bien efectista que remató con un delicado bis, el éxito del country 'Wichita Lineman', quizá recuerdo de cuando era niño en Missouri. Una vida contada a la guitarra.

 
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