LA CONSTRUCCIÓN DEL PROPIO DESTINO


La idea básica que atraviesa la historia moderna y el liberalismo moderno es que el público debe ser marginado. El público en general es visto no más que como excluidos ignorantes que interfieren, como ganado desorientado.
Noam Chomsky aborda en su reflexión la manera en que las elites y los poderes establecidos han gestionado la participación del público en las decisiones políticas y sociales. La cita refleja una crítica profunda hacia el liberalismo moderno y la evolución de las sociedades democráticas contemporáneas.
Chomsky sugiere que, a lo largo de la historia moderna, ha habido una tendencia sistemática a marginar a la mayoría de la población.
Esta exclusión no es un accidente, sino una estrategia consciente para mantener el control en manos de unos pocos. El liberalismo moderno, en su forma inicial, pretendía emancipar a las personas y extender la libertad y la democracia. Sin embargo, con el tiempo, Chomsky argumenta que estas ideas fueron cooptadas por las elites para servir a sus propios intereses. En esta visión, el público general es visto como incapaz de tomar decisiones informadas y racionales.

Se le considera una masa ignorante que podría poner en peligro los intereses de los poderosos si se le permitiera participar plenamente en el proceso democrático. Esta perspectiva se traduce en prácticas que limitan la influencia del ciudadano común, como campañas de desinformación, manipulación mediática y estructuras políticas que favorecen la concentración del poder. Chomsky señala varios mecanismos utilizados para mantener esta marginalización.
Entre ellos, la manipulación de los medios de comunicación juega un papel crucial.Los medios, controlados en gran medida por corporaciones y elites, actúan como herramientas de propaganda que moldean la opinión pública en beneficio de los intereses dominantes.
Además, la educación y la cultura de consumo también son usadas para desviar la atención de cuestiones esenciales y fomentar la conformidad y el individualismo. Esta crítica sigue siendo relevante hoy en día, en un mundo donde las desigualdades sociales y económicas persisten y, en muchos casos, se profundizan.
La reflexión invita a cuestionar las estructuras de poder y a buscar formas de participación más inclusivas y democráticas, donde la voz de todos los ciudadanos sea escuchada y valorada.
Chomsky no solo señala un problema, sino que también incita a una reflexión crítica sobre cómo podemos construir una sociedad más justa y equitativa, donde el público no sea meramente un espectador pasivo, sino un actor activo en la construcción de su propio destino. 

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