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MATAR A UN RUISEÑOR


Hemos hablado tanto de Gaza, de ese genocidio insufrible, que parece inútil repetir una y otra vez los mismos argumentos contra la matanza. Pero un mínimo resto de decencia nos obliga a insistir, como martillo pilón, a la salvaje actuación del gobierno de Netanyahu, ante la pasividad absoluta de la población israelí y los inútiles partidos de oposición, con un Ejército desatado en una violencia extrema y psicopática, sus mandos y sus soldados ejecutando a niños. Y a distancia, una administración norteamericana, la del déspota Trump, haciendo grandes troncos en la hoguera y animando la creación de este gran resort con estatuas de oro de su propia efigie. Añada a la cobardía mundial una Europa miserable, con una Ursula Von der Leyen incapaz de mantener una actitud firme, seria, ante el régimen israelí como exige la gran masacre y la enorme crisis humanitaria que conlleva el salvajismo del empleo.
Por eso hoy quiero hablar de otro salvaje asesinado, del asesinato de una niña de 11 años. Yaqeen Hammad, el ruiseñor influencer de Gaza.
Yaqeen Hammad, de 11 años, la influencer más joven de Gaza, se encuentra entre las decenas de niños que han perdido la vida en los últimos ataques de Israel, a medida que sus fuerzas intensifican su ofensiva militar en todo el territorio palestino. Yaqeen, conocida por su sonrisa y su labor como voluntaria, murió el viernes por la noche después de que las fuerzas israelíes bombardearan la zona de al-Baraka, en Deir al-Balah, al norte de Gaza, en medio de intensos combates. También fue la influencer más joven de Gaza, dando consejos prácticos de supervivencia para la vida diaria bajo los bombardeos, como recomendaciones sobre cómo cocinar con métodos improvisados cuando no había gas.

“Intento llevar un poco de alegría a los otros niños para que puedan olvidar la guerra”, escribió Yaqeen en una publicación en las redes sociales.

Yaqeen desempeñó un papel activo en el colectivo Ouena, una organización sin ánimo de lucro con sede en Gaza dedicada a la ayuda humanitaria. A menudo acompañaba a su hermano mayor, Mohamed, trabajador humanitario, y juntos distribuían ayuda: alimentos, juguetes y ropa. Era frecuente que visitasen los campos y refugios improvisados para familias desplazadas. En cada lugar al que iban, ella intentaba transmitir alegría y consuelo a los niños. Se negaba a rendirse ante la guerra, bailaba, sonreía, repartía helados y rezaba con otros menores.

Cuando la noticia de su muerte se difundió por Internet, hubo una avalancha de mensajes de dolor y homenajes de activistas, seguidores y periodistas. “Puede que su cuerpo ya no esté, pero su impacto sigue siendo un faro de humanidad”, dice Mahmoud Bassam, fotoperiodista de Gaza.

“En lugar de estar en la escuela y disfrutando de su infancia, estaba activa en Instagram y participando en campañas para ayudar a otros en Gaza”, dice otro mensaje en X. “Sin palabras. Absolutamente sin palabras”.

Israel ha intensificado su campaña aérea en Gaza en los últimos días. Sus ataques aéreos mataron al menos a 52 personas el lunes, incluidas 31 en una escuela convertida en refugio que fue atacada mientras la gente dormía, incendiando sus pertenencias, según las autoridades sanitarias locales.

El domingo, los ataques israelíes mataron al menos a 38 personas, según las autoridades sanitarias, lo que eleva a más de 100 el número de víctimas mortales durante el fin de semana.  Yaqeen murió durante la misma serie de ataques en todo el territorio que pusieron fin a la vida de nueve de los diez hijos de una pediatra, lo que provocó la indignación de la comunidad internacional. eldiario.es

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