En el pleno que se celebró esta semana en el Parlament de Catalunya, ha habido un incidente ajeno a la actividad política. Mientras se celebraba la sesión del martes por la tarde, hubo robos en dos coches estacionados en el aparcamiento de la Cámara catalana, en el parque de la Ciutadella. Uno era de la joven diputada de Vox Julia Calvet, que denunció lo ocurrido en las redes sociales. El otro era un asesor del grupo de Junts.
"Salgo del Parlament y en el parking, que se supone está vigilado, me han reventado el cristal del coche y me han robado todo lo que tenía dentro. Algunos se empeñan en seguir diciendo que en Barcelona no hay inseguridad. Es una puñetera vergüenza", se quejó Calvet. Le sustrajeron utensilios personales, alguna mochila que tenía en sus asientos traseros e incluso alguna identificación. Al igual que al asesor postconvergente.
Ambos afectados presentaron una denuncia ante los Mossos d'Esquadra que custodian la institución. Al día siguiente de los hechos se pudo ver a los uniformados paseando entre los coches de los diputados. Quizá sea casualidad que los perjudicados por el robo sean de dos partidos afines como VOX y Juntsxcat, y aunque bueno que haya sido así, pues si hubieran robado en el vehículo de un diputado del PP, la culpa ya sabemos de quién habría sido, de Perro Sánchez.
Los mismos que gritaban Tarancón al paredón, ahora gritan, Sánchez a prisión. Hienas o buitres, y algún jabalí de nivel dos. Mientras Bartleby Rajoy en el congreso de su partido en Valencia, se jacta de haber luchado contra la corrupción durante su mandato. Como diría Alfons Arús: Mandahué.
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