Cuando se vive en una sociedad mandada por idiotas ineficientes que se gastan una millonada en una supuesta seguridad para unas Olimpiadas, que incluso ponen misiles en los tejados de Londres, que molestan a los ciudadanos con controles inútiles y molestos, a veces incluso humillantes, que son tan inútiles que les pasan situaciones ridículas o patéticas como esta, es para emigrar a Comchimbamba. ¡Inútiles!. Si este hecho sucede en España o en Cataluña cuando las olimpiadas del 92, seguro que nos crucifican.