El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz dijo ayer que su reunión con Rodrigo Rato el 29 de julio, en su despacho del ministerio, durante una hora, nunca debería haber trascendido. En la comparecencia en el Congreso, el titular de Interior explicó que la cita con el ex vicepresidente del Gobierno era perfectamente normal, una de las muchas que mantiene con decenas y decenas de altas personalidades preocupadas por su seguridad, a las que él atiende para protegerlas. Porque lo que estaba en juego aquí, dijo el ministro, no era el proceso judicial de Rato, sino las «graves ofensas y amenazas» que habían recibido el expresidente de Bankia y ex director del Fondo Monetario Internacional (FMI) y su familia . «Era mi deber atender su petición», dijo.

El ministro mostró entonces un fajo de papeles que contenían 'más de 400 amenazas en Twitter'. Aquello provocó perplejidad en la oposición, que reclamó al unísono su dimisión. Raro es el personaje público que no haya recibido ataques, la mayoría anónimos, en la red social. Pero Fernández Díaz pidió no «frivolizar» en este asunto. «Las cuestiones de seguridad no son sólo los tuits amenazantes -dijo en la replica. Estamos hablando de amenazas. No las concretaré por razones obvias. Ya he ido demasiado lejos».

Se ve que el Sr.Ministro aparte de no saber de que va la cosa del twitter, también desconoce que el Sr. Rato no tiene cuenta en Twitter, que no deja de tener su que, pero qué demuestra el nivel de conocimiento de la situación del Sr. Ministro que debería ser ya ex ministro. Pretender hacernos creer que el Sr. Rato es una víctima de amenazas que le ponen en peligro, es mentira y a la vez una tontería, una excusa barata que se lo puso fácil a la oposición que le recordó que en twiter quien más quien menos recibe amenazas y que el sr, Rato como decía más arriba no tiene cuenta en twitter, o sea que el Sr. Ministro se ha hecho un gol en propia puerta, ha hecho el ridículo y ha demostrado que para este Gobierno, no todos somos iguales, si no que se lo digan a Baltasar Garzon que seguramente recomendaría al Sr. Ministro que dimitiera o dimitiese, aplicándose la doctrina Bermejo, pero claro, Garzón no es de los suyos y molestaba demasiado, mientras que Rato sí, aunque sea un estafador compulsivo.