Están preocupados los periodistas deportivos con el uso por parte de algunos jugadores del Barcelona de la app Periscope, creen que acabará con su trabajo, o parte de él, cuando ya deberían haberse dado cuenta de que esto hace tiempo que va por ahí. De hecho, si desaparecieran los diarios deportivos de papel, en los clubes en general habría muchos menos problemas, puesto que estos diarios deportivos de papel al publicarse cada día se deben rellenar y si no hay material se inventa y a menudo se inventa y no para bien.
La figura del periodista deportivo es obsoleta, no es ya necesaria, creo que si retransmitieran los partidos con sonido ambiente sin dos tipos charlando todo el rato (estorbando) saldríamos ganando, y la crónica del partido, entrevistas etc etc, tampoco las necesitamos, ya hemos visto el partido y hemos sacado nuestras propias conclusiones y, francamente, las entrevistas a los jugadores, no creo que, si se dejaban de hacer, alguien las echara en falta, por típicas y tópicas. De paso tampoco tendríamos que soportar el bombardeo de anuncios conduciéndonos a apostar de los propios comentaristas
Quizá es que hace ya mucho tiempo que el fútbol me aburre juegue quien juegue, y el hecho de que sea todavía el deporte rey en Europa y otros lugares, demuestra cómo estamos todavía de anclados en el siglo XX, y no tan sólo deportivamente, sino también en la política, y en un ámbito y en el otro se necesitarían ya cambios urgentes, que los adecuado al siglo XXI.
Hace muchos años, en Terrassa un primo lejano de mi suegro cubría los partidos del Terrassa para el diario de la ciudad vecina, sólo que al hombre no le gustaba el fútbol y no solía ir al campo, se iba a casa de una amiguita que tenía a mojar el bizcocho y cuando salían del campo a alguno que conocía le preguntaba el resultado y como había ido el partido. Un día, unos bromistas decidieron darle un escarmiento, el Terrassa había perdido en casa en un partido lamentable por 0 a 4; pues bien, los bromistas le dijeron que en un partido extraordinario había ganado 4 a 0; menos mal que, alguien del diario al ver la crónica le llamó al orden y no se publicó, que si llega a distraerse un poco, sale en la edición del lunes, con el espantoso ridículo que habría representado.
Pues nada, si eres periodista de deportes, di a todos que tocas el piano en un burdel, está mejor considerado, aunque no tiene tampoco demasiado porvenir, los burdeles ya no son lo que eran.