Hay quienes sueñan con una vida llena de grandes batallas y fuegos artificiales. Y están en su legítimo derecho. Por pedir que no quede. Pero, en realidad, la mayoría de los mortales solo deseamos ser felices al amparo de los días comunes. Tener una casa, un trabajo, pasear con la persona que queremos, ver una buena película, disfrutar de un buen vino… Lo mismo que deseaba Sergio Piquero, y que ha conseguido. Porque la vida con síndrome de Down es una vida como las demás. Feliz Día Mundial del Síndrome de Down. Feliz día.
Cada mañana, después de una buena ducha y un café, Sergio Piquero se arma con su bicicleta plegable y se marcha a trabajar. Primero, un tramo en bus, y luego, a pedalear. Así, desde hace 14 años, desde el día en que empezó a trabajar como manipulador de productos en Tahe. Desde el 2012, Sergio también forma parte del programa Incorpora de la Obra Social ”la Caixa”, cuyos técnicos laborales hacen de cremallera entre empresas, entidades sociales y personas: no solo echan una mano a los demás en la búsqueda de trabajo sino que, una vez encontrado, les siguen de cerca para que todo vaya bien.
Es gracias a Fundown e Incorpora que se conocieron Sergio y Alicia, la técnica laboral que lleva siete años acompañándole. Aunque la buena noticia es que cada vez menos. “Lo que más valoro de Sergio son sus ganas de vivir de forma autónoma, de ser responsable de sí mismo. Para mí es una lección de vida”, explica Alicia. “Al principio estaba con él todos los días, pero está tan integrado en su trabajo que ahora nos vemos solo una vez por semana.”

“El apoyo de Alicia ha sido fundamental para mí”, remarca, por su lado, Sergio. “Trabajar tantos años me ha permitido independizarme. Ahora vivo con mi chica, Olga”. Alicia se acuerda del día en que Sergio se fue a vivir con su pareja. “Fue muy emocionante para él. ¡Como lo sería para cualquiera!”, señala. “Todos los que nos hemos independizado sabemos el esfuerzo que supone irte de casa y hacerte cargo de ti mismo. Yo lo viví con él como un ejemplo de superación”.

El trabajo nos da identidad, aporta sentido a nuestro día a día y es una gran herramienta para ganar en calidad de vida y sentirse integrado en la sociedad. “No creo que sea tener una discapacidad lo que hace que necesites un empleo”, subraya Alicia. “Todos lo valoramos porque aporta mucho personalmente: te permite relacionarte con otros, salir de tu zona de confort, te da autonomía…”. Y como las personas con síndrome de Down quieren de la vida lo mismo que las demás, debemos hacer lo posible para que cuenten con las mismas oportunidades que todos para conseguirlo. - lavanguardia.com

A veces la vida tiene un sentido y puede ser muy hermosa.