Venecia está viviendo sus peores inundaciones en los últimos 50 años y el cambio climático no es ajeno a ello. El pasado martes, el ‘acqua alta’ alcanzó un metro y 87 centímetros, provocando una “devastación apocalíptica”, en palabras del gobernador del Veneto, Luca Zaia.
Esa misma tarde, y en una aplicación de la ley del karma instantáneo, el edificio del consejo regional del Véneto -el Palazzo Ferro Fini, situado en el Gran Canal- tuvo que ser desalojado de urgencia por las inundaciones, apenas unos minutos después de que sus señorías votaran en contra de las medidas contra el cambio climático que había propuesto el Partido Democrático en los presupuestos de 2020.
“Irónicamente, la sala quedó inundada dos minutos después de que la mayoría de la Liga Norte, Hermanos de Italia (FdL) y Forza Italia rechazaran nuestras enmiendas para luchar contra el cambio climático”, escribía el diputado Andrea Zanoni, responsable del comité de medio ambiente de la cámara.
Entre las medidas rechazadas por el gobierno del Véneto estaban “la sustitución de los autobuses de diesel por otros menos contaminantes; el apoyo a las energías renovables y la renovación de las instalaciones de calefacción de gasóleo”, según Zanoni.
El diputado del PD acusa al presidente regional del Véneto Luca Zaia, que milita en la derechista Liga Norte del presidente Salvini, de “no presentar ninguna acción concreta contra el cambio climático”.