La memoria es una de las artes más creativas. Sólo hay que ver como hay muchos testigos que aseguran haber visto, por televisión y en directo, el golpe de estado de Fernando Tejero el 23-F de 1981. Fernando Savater, Juan Marsé, Juan Diego o Juan Pablo Fusi son algunos de los que relataron la experiencia de seguir la evolución de la toma del Congreso en el canal UHF esa misma tarde. Pero el director general de RTVE en aquella fecha, Fernando Castedo, niega que esto fuera así: "Me anunciaron que, con toda probabilidad, un grupo militar armado ocuparía la sede de RTVE. Todo ello, unido a la lógica precaución con los podía pasar a los parlamentarios si dábamos las imágenes, me determinó a esperar hasta que la situación se aclarara. Por todo ello, decidí dar las imágenes en cuanto Tejero y sus hombres abandonaran el Congreso y no quedó ningún parlamentario dentro del Palacio de la Carrera de San Jerónimo. Y así se hizo". Es decir, que las imágenes no se dieron hasta el día siguiente. Los únicos que las habían visto ese mismo 23-F eran los periodistas de TVE, ya que las estaban grabando para dar en diferido la sesión en que se tenía que invertir Calvo Sotelo, y se ofrecieron por el canal interno del ente .

La explicación más plausible para la aparente lapsus de memoria es que las imágenes en cuestión se repitieron hasta la náusea a partir del 24 de febrero, por lo que muchos debían terminar asociándolas a la tarde de los hechos. La historia oficial afirma que, en directo, sólo se pudo seguir por la SER y por RNE.
Ahora, puestos a buscar tres pies conspiranoicos al gato, también nos podemos entretener en especular por qué un asunto tan capital como la sustitución de un gobierno se decidió -por voto unánime del consejo de administración de RTVE- de dar sólo en diferido.