Corre por las redes, a raíz de la construcción del nuevo hospital de Wuhan en un tiempo récord de 10 días, la posibilidad de que el mismo equipo de trabajadores pueda acabar de construir los cimborrios del templo de la Sagrada Família, durante un sábado por la tarde o un domingo por la mañana, lo que mejor convenga, aprovechando el fin de semana, y aún les quedaria tiempo a los diez mil obreros de ir a ver al Español en Cornellá.
El autor de la chistosa propuesta ha olvidado un pequeño detalle: al parecer, los inversores principales de las obras de la Sagrada Família son japoneses. Y los chinos y los japoneses no se llevan demasiado bien. Hay que pensar, pues, en otra posibilidad. Por ejemplo, pedirle al Gobierno central una partida especial para el pago a la empresa china, ya que el templo es uno de los monumentos más visitados de Barcelona, que ahora, gracias a la generosidad extraordinaria de Pedro Sánchez, se convertirá verdaderamente en capital cultural.
El cordón sanitario al que deberá someterse a los obreros chinos y las medidas que habremos de tomar los barceloneses en cuanto a mascarillas y profilácticos. Pese a los inconvenientes, creo que hay que arriesgarse. Creer y confiar en que la brigada china, a pesar de incluir, con toda probabilidad, a budistas, confucionistas, taoístas e incluso ateos, estará protegida por la Sagrada Familia en honor de la que se levantó el templo. Bajo el cobijo de san José, la Virgen María y el Niño Jesús, es imposible que los coronavirus ataquen. Si la Sagrada Familia, experta en milagros, ha obrado muchísimos, junta o por separado, ¿por qué no confiar en que también hará el que permita que se acabe en un santiamén nuestro templo más emblemático y así compensarnos de los contratiempos del desgraciado Mobile World Congress?. Claro, que también se podría hacer pasar a los chinos por coreanos, aquí no lo notaríamos, aunque me temo que los japoneses si. 
Volviendo al tema del Mobile, de los tres que se celebran actualmente el que más peligra es el de Barcelona, precisamente por su equidistància, y este hecho que hace que reciba más cien mil visitantes és precisamente su ventaja y su problema. El Mobile de los Ángeles que se celebra en Julio recibe unas 20 mil visitas y el de Shangai en Septiembre unas 70 mil.
Sucede que al de Los Ángeles no van los Chinos y al de Shangai los americanos, y eso que en principio seria una gran ventaja para Barcelona ha acabado siendo letal para el Mobile, por culpa de conmigo o contra mi de Trump, que de entrada ya ha amenazado a Boris Johnson por intentar usar la tecnologia del 5G de Huawei, a los que trata de piratas y banda criminal por copiar sus sistemas, Aunque en realidad, aqui de lo que se trata es de decidir quien nos espia y controla con el 5G, si Americanos o Chinos y la equidistancia para dificil. De apostar, uno lo haría por los chinos, mientras estos emergen hacia arriba, los norteamericanos se sumergen en su decadencia inevitable, aunque de momento el perjudicado es el Mobile, precisamente por aquello de la equidistancia imposible. No creo se celebre en Barcelona la edición del 2021, no al menos como se ha celebrado hasta ahora.