Un cáncer de pulmón se ha llevado, a los 74 años, Stuart Christie. El nombre de este anarquista escocés está vinculado a uno de los episodios de la lucha antifranquista. En 1964, siendo miembro de la Federación Anarquista de Glasgow, entró en contacto con círculos libertarios españoles. Con la voluntad de ayudar de manera efectiva a hacer caer la dictadura, planificó un atentado contra el general Franco con compañeros del grupo Defensa Interior, vinculado al sindicato CNT.
Como muchos anarquistas, Christie estaba convencido de que un atentado podía cambiar la historia. Y seguramente no le faltaba razón en este caso. La desaparición física de Franco hubiera tenido consecuencias importantes. El plan era osado: hacer explotar la tribuna donde el dictador debía presidir, en el estadio madrileño Santiago Bernabeu, la final de la Copa del Generalísimo. La acción debía tener lugar en plena campaña del régimen sobre los "Veintcinco años de paz", los que hacía que había terminado la Guerra Civil.
Stuart Christie, sin embargo, no tuvo suerte. La red anarquista estaba infiltrada por la policía y el militante escocés fue detenido en Madrid, donde había llegado provisto con explosivos y detonadores. Juzgado por terrorismo, fue sentenciado a morir en el garrote vil, pero se desató una campaña internacional en favor de su vida. Su condición de ciudadano británico y el impacto que había tenido el año anterior la ejecución de Julián Grimau dificultaban la ejecución y la sentencia fue conmutada por 20 años de prisión.
Christie era una patata caliente en manos de la dictadura por las numerosas muestras de apoyo que recibió (de Jean-Paul Sartre a Bertrand Russell) y finalmente en 1967 fue liberado. De regreso a su país, continuó con sus actividades políticas y fue acusado de formar parte de la Angry Brigade, grupo de acción anarquista. Su principal actividad, sin embargo, se canalizó hacia el mundo de la edición, desde la publicación de libros de recuerdos y sobre anarquismo, la creación de diversos medios y de la editorial Cienfuegos Press. Pero en su trayectoria siempre brillará el coraje de aquel joven libertario que quiso cambiar el destino trágico de España.
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