El artista argentino Pablo Irrgang recibió el encargo del Consistorio de Santa Coloma de Gramenet de homenajear a Mafalda con un conjunto escultórico. Mafalda nació porteña, pero pronto pasó a ser un personaje planetario, que nos enseñó a observar el mundo con otra mirada. Creada por la imaginación del dibujante Quino hace 58 años, consiguió que todos aprendiéramos algo gracias al espíritu inconformista del personaje. Irrgang la acompañó de Susanita y Manolito, dos de sus amigos en el cómic, en el homenaje que levantó junto al Besòs. Y, a la semana de inaugurarse el conjunto escultórico, unos vándalos desenroscaron a Manolito y lo tiraron al río. Afortunadamente, el personaje de pelo de cepillo ha sido salvado de las aguas, pero las esculturas han sido trasladadas al almacén municipal, pendientes de una nueva ubicación. Lo explica Màrius Carol en la Vanguardia.

Manolito representaba a un soñador. Quino quiso con él hacer una caricatura del inmigrante gallego. Es el hijo del propietario de una tienda de ultramarinos (Don Manolo), que sueña con tener su propia cadena de supermercados. Es capaz de encontrar una moneda en los lugares más inverosímiles y representa un personaje pragmático, con los pies en el suelo. Pies que, en el caso de su versión colomense, dejó de tenerlos al ser desenroscado de su base.

La alcaldesa Núria Parlon ha explicado que guardarán de momento las figuras para que no se conviertan en un reto que se difunda en las redes sociales. Una reflexión que nos invita a pensar que la idiotez humana no tiene fronteras y que los retos en Twitter son un buen patrón para mesurar­ la inteligencia que queda en la Tierra. A la alcaldesa le preocupa que el incivismo de unos pocos pueda­ perjudicar la imagen de su ciudad. Pero dudo que haya gente que pueda pensar que los colomenses son poco respetuosos con los bienes públicos. Todo un presidente de Estados Unidos cpmo Donald Trump animó a los vándalos a asaltar el Capitolio y lanzar a Nancy Pelosi al Potomac como si fuera Manolito, con la diferencia de que era la tercera autoridad del país. Gamberros y maleantes los hay en todas partes en nuestro tiempo. Lo que desconcertaría a Mafalda y a Manolito, es que uno de ellos hubiera llegado a la Casa Blanca­.