MANUAL DE USO DEL TERCER PLANETA



Este planeta se ha entregado completamente ensamblado en perfectas condiciones de uso, trabajando a la perfección y está diseñado para operar de forma automática y libre de problemas en órbita alrededor de su estrella, el Sol. Sin embargo, para asegurar un funcionamiento adecuado se le solicita a todos los pasajeros que se familiaricen completamente con las siguientes instrucciones:

La pérdida o el extravío, aunque sea temporal, de estas instrucciones puede resultar desastroso. Los pasajeros que decidan proceder sin los beneficios de estas reglas, probablemente causen daños considerables antes de que puedan aprender los procedimientos de operación por sí mismos.

A. Componentes - Se recomienda que los pasajeros lleguen a estar completamente familiarizados con los siguientes componentes planetarios.

1. Aire - El aire que acompaña a este planeta no es reemplazable. Se ha suministrado lo suficiente para cubrir el agua y la tierra, pero no con mucha profundidad. De hecho, si la atmósfera se redujera a la densidad del agua, solo tendría un espesor de 10 m. Usado normalmente, el aire se limpia por sí mismo. Puede limpiarse, en parte, aunque esté muy usado. Los pulmones de los pasajeros pueden servir de ayuda, hasta un punto. Sin embargo, ellos descubrirán que cualquier cosa que lancen al aire retornará a ellos en su debido momento, ya que los pasajeros necesitaron usar el aire, como promedio cada cinco segundos, ellos deberán tratarlos en correspondencia.

2. Agua - El agua suministrada con el planeta tampoco es reemplazable. El suministro de agua disponible está muy limitado: si la Tierra fuera del tamaño de un huevo toda el agua contenida en ella cabría en una sola gota. El agua tiene muchas criaturas, casi todas ellas comen y pueden ser comidas; esas criaturas pueden ser comidas por los pasajeros humanos. Si se dispersan cosas desagradables en las aguas del planeta, debe tenerse cuidado, ya que las criaturas del agua concentran las cosas desagradables en sus tejidos. Si los pasajeros humanos comen las criaturas del agua, entonces añadirán elementos desagradables a su dieta. En general los pasajeros están advertidos de no dilapidar el agua, ya que eso es lo que ellos son en su mayor parte.

3. Tierra - Aunque la superficie de este planeta es variada y parece abundante, sólo una pequeña parte del terreno está preparada para hacer crecer cosas, y esa parte esencial no debe ser mal utilizada; también se recomienda que no se debe intentar desensamblar la tierra muy profundamente, ya que el terreno está soportado sobre una capa subterránea derretida y muy caliente, donde lo poco que crecen son volcanes.

4. Vida - Los componentes anteriores hacen posible la vida. Hay sólo una vida por pasajero y esta debe ser tratada con dignidad. Instrucciones acerca del nacimiento, operación y mantenimiento, así como las disposiciones para cada entidad viviente se suministran con completo detalle. 

Estas instrucciones están contenidas en un lenguaje complejo llamado código ADN, que no se entiende fácilmente. Sin embargo, esto no importa, ya que las instrucciones son completamente automáticas. Se le advierte a los pasajeros que la radiación y varias sustancias químicas peligrosas pueden dañar con severidad las instrucciones. Si por esta vía algunas especies son destruidas o incapacitadas de reproducirse, el completamiento de solicitudes sufrirá una larga demora.

5. Fuego - Este planeta ha sido diseñado y comprobado en la fábrica para operar con seguridad total con el combustible transmitido desde una fuente remota, el Sol, suministro que se hace sin recargo alguno. 

Lo que sigue debe ser tenido en cuenta con el mayor cuidado: el planeta viene con una reserva limitada de suministro de combustible, contenido en depósitos fósiles, que sólo debe ser utilizado en caso de emergencia. El uso de estos depósitos de combustible de reserva implica peligros, incluyendo la liberación de ciertos metales tóxicos, que deben mantenerse lejos de los suministros de agua y de los alimentos destinados a las cosas vivas. El riesgo no será apreciable si el uso de los combustibles de reserva se extiende más allá de la vida operativa del planeta. El uso acelerado, si es mantenido aunque sea sólo por un breve período, puede producir resultados desafortunados.

B. Mantenimiento - Los tipos de mantenimiento dependerán del número y la constitución de los pasajeros. Si solo desean viajar unos pocos pasajeros humanos en un momento dado, no se requiere mantenimiento alguno y no son necesarias las reservas. El planeta es “autosoportante” y la fuente de combustible externa proveerá, exactamente, tanta energía corno sea necesaria o pueda ser utilizada con seguridad. Sin embargo, si un gran número de personas insiste en abordarlo al mismo tiempo, resultarán serios problemas, estos requerirán soluciones costosas.

C. Funcionamiento - Excepto circunstancias extraordinarias, sólo es necesario observar el mecanismo periódicamente y reportar cualquier irregularidad a la “Smithsonian Institution”. Sin embargo, si a causa de un uso inadecuado del mecanismo del planeta, las observaciones muestran un cambio sustancial en los patrones predecibles de salida y puesta del Sol, los pasajeros deben prepararse para abandonar el planeta.

D. Reparaciones de emergencia - Si se ha causado daño al mecanismo de operación del planeta por razones ignorantes o descuidadas de los pasajeros anteriores, es mejor que los pasajeros actuales soliciten la asistencia del fabricante (la mejor forma es rezando).

Ante un examen más detallado se encontrará que este planeta consiste de detalles complejos y fascinantes, tanto en diseño como en estructura. Algunos pasajeros, después de descubrir esos detalles en el pasado, han tratado de reproducir o mejorar el diseño y la estructura o han reclamado haberlos inventado. 

El fabricante, que inventó entre otras cosas el pulgar opuesto, puede divertirse con esto. Hay reportes confiables sobre este punto, pues al fabricante le parece que la gran variedad de consecuencias de su idea del pulgar opuesto solo fue un elemento de sorpresa no bien recibida.


David Brower - en The New York Times, 1975 - blog: Descontexto


4 Comentarios

Artículo Anterior Artículo Siguiente