Mucho se ha hablado en las últimas semanas, sobre todo por sus implicaciones éticas y morales. El famoso ChatGPT es un modelo generativo y predictivo de texto que es capaz de interpretar palabras y producir de forma autónoma resúmenes o redacciones a partir de sus dimensionadas bases de datos. Una inteligencia artificial online con una experiencia de usuario muy sencilla y resultados extraordinarios. Así lo describe el profesor de la Escola Pia y autor del blog Applejux, Christian Negre, quien apunta que ahora la novedad es que "se ha abierto al público y se ha convertido en una auténtica revolución".

“¿Encendrías fuego frotando dos maderas? ¿Verdad que no?”, dice referenciando que los estudiantes encuentran en el programa una fórmula resolutiva y rápida para hacer un acompañamiento a las tareas diarias de la escuela.

Este programa ha generado controversia en la cuneta educativa y ha abierto el debate entre docentes y pedagogos: ¿ChatGPT es una oportunidad o una amenaza en las aulas? Negre reconoce que "la situación está polarizada: en algunas escuelas se busca la manera de introducirlo y en otras se tiende a la prohibición". El docente, que encuentra comprensibles ambas tendencias, sostiene que “es muy difícil poner vallas en el campo y es comprensible que haya escuelas que restrinjan su exceso temporalmente porque puede ser disruptiva, sobre todo en la educación superior donde muchas de las evaluaciones se realizan a partir de trabajos escritos”.

Sin embargo, hay docentes que invitan a ver la herramienta con una mirada amable. Bien es cierto que hace tiempo utilizar la calculadora estaba prohibida, y que hoy en día es indispensable en el estuche; un símil que el profesor comparte para recordar que "la comunidad educativa no puede darle la espalda, sino que debe entrar en debate". Un punto de partida, dice, para “aquellos profesores que piden el mismo trabajo de documentación año tras año”, que tendrán que readaptarse si quieren evitar “goles por la escuadra”.

Cabe mencionar que el software genera unos resultados casi perfectos, pero de tareas muy banales. Es decir, "si tú le pides que te haga un trabajo de 150 líneas de la Segunda Guerra Mundial, el resultado será tan preciso que será imposible detectar que ha sido hecho con esta inteligencia artificial", apunta Negre. Según relata, la irrupción de estas tecnologías es un toque de atención para declinar las tareas reproductivas y apostar por aquellas más creativas. A modo de ejemplo, el docente propone "pedir a los alumnos proyectos que se vinculen con las personas, o con pinceladas personales o locales", para llegar allá donde las máquinas no pueden llegar.

Hemos preguntado a alumnos de diferentes edades de Sabadell y la tónica general es que la mayoría de estudiantes conocen este sistema, pero no han llegado a utilizarlo. Preguntados por si la herramienta debería hacerse sitio en las aulas, las opiniones son divididas. El Dídac, por ejemplo, confía "en que la inteligencia artificial tiene un lugar asegurado en la educación del futuro", y cree que podría "ser beneficiosa". Blanca, en cambio, piensa que "es sólo una herramienta para hacer resúmenes rápidos, pero nunca para hacer trabajos a nivel escolar". De hecho, el estudiante entiende que zonas enteras, como en Nueva York, hayan restringido el acceso a este portal web.

Lo que más llama la atención de esta búsqueda del diario de Sabadell sobre el uso del Chat GPT, es que ni Sergi González que firma el artículo, ni los alumnos ni los profesores, han caído en que lo que hace este ChatGPT es lo que hacemos quienes tenemos una edad a la hora de hablar u opinar sobre un tema determinado: recabar información de diferentes lugares y resumirlo en un escrito, así de sencillo. Pero para eso es necesario perder el tiempo informándose, bucear por la red en busca de diferentes puntos de vista y sacar conclusiones, y esto es lo que les cuesta a los más jóvenes y en cambio llevamos incorporado a los veteranos, se llama oficio, oficio de vivir y ver. Y por encima de todo, dos conceptos en desuso, la cultura del esfuerzo y el respeto a los maestros.