"¿No puedes ser como todo el mundo?" le dice una madre a su hijo pequeño. Y el niño se pregunta qué significa como todo el mundo. Y la madre no sólo le está hablando de normatividad, de orden, de aceptación, sino de incomodidad, de vergüenza, de expectativas (no eres como quisiera que fueras). Porque la rareza incomoda, desorienta, nos hace perder el referente que habíamos aprendido y que forma parte de una mayoría. Porque parte de un acto de comparación, de nosotros con relación a los demás. ¿Cuáles son los límites de los “buenos” comportamientos? De lo apropiado. Y más allá, ¿Cuáles son los límites de la lucidez? Cuando una persona sigue a los patrones de conducta establecidos es aceptada y acogida por su entorno, incluso se considera que la salud mental consiste en adaptarse a los parámetros convencionales de una sociedad sin importar si ésta está sana o enferma. Es la educación del menor, que no podrá convertirse en un adulto obediente y presuntamente sensato, hasta que sus padres y enseñantes no le hayan corrompido debidamente.
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