LA BIBLIOTECA DE LOS LIBROS SALVADOS


En medio del valle Imrahor, al sur de Ankara, se levanta una vieja fábrica de ladrillos. En un descampado en el que enfilan un centenar de camiones de basura. Un lugar al que no terminan de llegar los ruidos de la ciudad en ebullición. La deteriorada construcción es un armatoste de dos pisos con paredes que alguna vez fueron granates o anaranjadas. Los signos de más de dos décadas de abandono. Pero hace un año y medio que este edificio tiene nueva vida. Como el tesoro que desde hace ocho meses guarda, en estanterías, a lo largo de su pasillo: libros salvados de terminar en el vertedero.
Esta es la historia de cómo los recolectores de basura del distrito de Cankaya, en la capital turca, han transformado ese ruinoso edificio en una singular biblioteca. Construida, palmo a palmo, con obras encontradas entre los desperdicios. Esos libros que sobran en las casas y se desechan sin más. Ejemplares olvidados por unos que se tornan valiosos para otros. 
En poco tiempo, la curiosa iniciativa de los limpiadores turcos ha acaparado la atención del país entero. Y ha dado la vuelta al mundo, al punto de que hasta CCTV-13, el primer canal de noticias de China, ha transmitido desde sus instalaciones. Vestido con el característico uniforme, en verde claro y oscuro, Dursun Ipek cuenta en un vídeo la génesis del proyecto. El recolector -fornido y que ronda los 50 años- dice que un día él y sus compañeros encontraron unas bolsas junto a los cubos de basura. En su interior descubrieron decenas de libros en buen estado. A ese hallazgo le siguieron otros similares. Después de hablar con sus jefes, y ante la creciente presencia de libros entre los residuos, optaron por crear la biblioteca. De eso ya hace ocho meses.

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