Si de nuestra maldad adulta es responsable nuestra infancia desgraciada, de nuestra bondad adulta será responsable nuestra infancia feliz y, en cualquier caso, todo adulto será entonces moralmente irresponsable. Pero ya que lo de ser buenos o malos dependería del azar de nuestro nacimiento, deberíamos introducir un impuesto moral a los buenos, por disfrutar de una bondad que no han merecido. Por ejemplo, cada rico moral (en tanto que propietario de un capital moral heredado) debería sentirse corresponsable -incluso penalmente- de las obras de los malos y colaborar en consecuencia en la reparación del mal causado por un pobre moral. A esto podría llamársele equidad moral. Si la conclusión es estúpida, quizás debiéramos revisar las premisas.
Lágrimas de Melody tras vencer en el Benidorm Fest con 200.000 votos: "He
luchado tanto que no espero nada"
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Las previsiones se han cumplido. Melody es la representante de España para
el próximo Eurovisión tras convertirse en la ganadora del Benidorm Fest
2025. Co...
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