Una diáfana y calurosa mañana, de un día de un mes de verano allá por los años sesenta, en algún Hotel de la Costa Brava, Alicante, Baleares, Andalucía o las Islas Canarias, a primera hora de la mañana, o quizá al romper el alba empezaron a aparecer toallas solas en las tumbonas de la piscina de un hotel. Esta misteriosa situación se fue extendiendo con el tiempo en la mayoría de los hoteles y también en las playas, sobre todo en Benidorm, hasta llegar a ser un misterio que nadie se explicaba. Como podía ser que aparecieran las toallas solas en las tumbonas de las piscinas o en la playa, esto era un misterio para analizar en Cuarto milenio, o en Sálvame.
El misterio de las toallas en la piscina al amanecer que misteriosamente aparecen depositadas en las tumbonas de los hoteles o en la playa, me lo aclaró el jefe de atención al cliente del hotel. Parece ser, que a pesar de haber unos carteles pegados en los postes indicando que no se pueden dejar las toallas anticipadamente, sin haber el cuerpo correspondiente encima, la gente perversa y malévola baja temprano temprano y deja las toallas en las tumbonas para así tener el lugar asegurado más tarde, haciendo lo mismo en la arena de las playas superpobladas. Una vez resuelto el misterio, le sugerí una solución al Sr. jefe de atención al cliente para acabar con el problema: coger todas las toallas y requisarlas, ya las vendrán a buscar más tarde los afectados. ¡Ay! se ve que esto no se puede hacer, y además, aún le podrían acusar de sustraer dichas toallas. Es que hay gente incívica, ¿verdad?
El misterio de las toallas en la piscina al amanecer que misteriosamente aparecen depositadas en las tumbonas de los hoteles o en la playa, me lo aclaró el jefe de atención al cliente del hotel. Parece ser, que a pesar de haber unos carteles pegados en los postes indicando que no se pueden dejar las toallas anticipadamente, sin haber el cuerpo correspondiente encima, la gente perversa y malévola baja temprano temprano y deja las toallas en las tumbonas para así tener el lugar asegurado más tarde, haciendo lo mismo en la arena de las playas superpobladas. Una vez resuelto el misterio, le sugerí una solución al Sr. jefe de atención al cliente para acabar con el problema: coger todas las toallas y requisarlas, ya las vendrán a buscar más tarde los afectados. ¡Ay! se ve que esto no se puede hacer, y además, aún le podrían acusar de sustraer dichas toallas. Es que hay gente incívica, ¿verdad?
Tags:
WW
