El escrito que viene a continuación tiene casi diez años, y en el ya se daban las pista para ver lo que nos esperaba con el terrorismo globalizado. El trío de las Azores tiene mucho que ver con todo lo que ha sucedido después, de hecho, con ellos empezó todo. 

 ¿UN MUNDO MÁS SEGURO?

En los últimos incidentes que afortunadamente han sido solo eso - de momento - se ha logrado evitar más de un atentado terrorista en la Gran Bretaña. Sorprende el cinismo de los representantes de Scotland Yard diciendo que ya conocen el modus operandi de los terroristas. ¿Que no ven que los tienen dentro de casa?, que los han educado ellos dentro de su sistema, que no hay nada a hacer, que pueden atentar siempre que quieran y, si unos fallan detras suyo vendrán otros, y otros y otros. Y esta sociedad del miedo, que reclama seguridad al cien por cien para todo, que sólo está obsesionada en consumir, en viajar, en quererlo tener todo controlado, tiene que empezar a entender que la seguridad al cien por cien no existe, pero así como hasta ahora, nos habíamos acercado en diversos aspectos, ahora se ha resquebrajado por mucho tiempo. 
El terrorismo es una amenaza real, diaria, que puede atacar en cualquier momento en cualquier lugar, allí donde menos se espere. Puede ser en un avión, en un tren, un autobús, una terminal o justo en medio de una calle o una plaza, o en cualquier edificio público. Y con un enemigo como éste, dispuesto incluso a morir, a inmolarse por su causa, no hay nada a hacer, es una batalla perdida antes de empezar, porque de hecho no empieza, sucede cuando este enemigo quiere que suceda, cuando menos lo esperamos. 
Y tendremos que acostumbrarnos a convivir en éste estado de peligro latente y constante, forma parte del nuevo terror globalizado, el cual los Sr. Bush, Blair y Aznar ha hecho mucho para propiciarlo con la su invasión de Irak. Como decía satisfecho y estúpidamente George W.Bush, después de la invasión de Irak, "el mundo es un lugar mucho más seguro" Y tanto, seguro de que te puedes ir al otro barrio de aquello que dicen un daño colateral que es como consideran a las víctimas de los atentados terroristas. 
O sea que ni siquiera nos darán la posibilidad del acto digno de morir por alguna causa; moriremos víctimas de la estupidez de unos mandatarios que no ha sabido ver más allá de su propio interés sin ser capaces de analizar las trágicas consecuencias de su ilegal acción de guerra, o del fanatismo de los otros, conocedores de nuestros miedos y flaquezas, sin capacidad ni necesidad de dialogar, solo el terror por el terror. Esta es la no guerra de la que nos hablaba Orwell en 1984, y ya hemos comenzado a perderla.