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sábado, diciembre 13, 2025

ROBE, Y A TOMAR POR CULO


 Se habrán enterado vuesas mercedes: el miércoles pasado murió Robe Iniesta.Como ocurre siempre en estos casos, las redes sociales se llenaron de condolencias, pero a lo bestia: jamás había visto a tanta gente a la vez llorar a un muerto en forma de ceros y unos. Dicen que dicen que Extremoduro ha sido la banda sonora de varias generaciones, de los jóvenes de los primeros 90 y de sus sobrinos e hijos. Han sonado en formato cassette en muchos primeros coches, en los discman que los chavales se llevaban a las excursiones, en los MP3 que se oían de camino a la universidad y en los iPod que se sacaban a escondidas en los recreos del instituto.

Veía todos esos stories, todas esas publicaciones en Instagram y X y todos esos estados de WhatsApp y pensaba que la muerte de pocos artistas podría provocar algo similar. Se me ocurrían apenas un par de nombres, que no voy a compartir por pura superstición, no vaya a ser que acierte con la necroporra.

Toda España ha rendido homenaje a Robe Iniesta de la mejor manera posible, escuchando su música. El top 50 canciones de Spotify se llenó de sus canciones: 16 de las 50 eran suyas tras la noticia de su fallecimiento, y en el top 1 La vereda de la puerta de atrás, aquella que decía: “Si mi vida fuera una escalera, me la he pasado entera buscando el siguiente escalón”. Las redes se llenaron de los destrozares que cantaba Iniesta y aunque nadie hablaba en Instagram de Robe hasta que murió, de repente todos los reels eran suyos. Y el género de la despedida se convirtió en una competición: cuánto nos marcó, desde cuándo, por qué lo entendimos mejor que nadie, cómo fue la banda sonora de nuestra adolescencia. Sánchez y Feijóo declarándose fans al mismo tiempo, no digo más.

Confieso que a servidor, nunca le ha interesado por Extremoduro primero, ni Robe Iniesta después, de hecho no tenía ni idea de quién era Robe, y lo que me preocupa es que seguramente el 80% de los españoles desconocía también la figura de Robe, hasta su exaltación en las redes con motivo de su muerte.  Pero, como sucede de forma cada vez más habitual en la sociedad polarizada en la que vivimos, cuyo máximo exponente son las redes sociales, hubo quienes se autoproclamaron portavoces del muerto y quisieron quitarle el derecho a disfrutar de sus canciones o a llorar su muerte a quienes, según ellos, no eran dignos de tal privilegio. No fueron sus compañeros de banda, ni los miembros de su equipo, ni siquiera sus amigos o familiares, sino un puñado de presuntos fans, los que le afearon a personas tan dispares como Alberto Núñez Feijóo o el periodista Juan Soto Ivars disfrutar de las canciones de Robe Iniesta. ¿La razón? No tener la ideología que a esos presuntos fans les parecía conditio sine qua non para emocionarse con Extremoduro. Las respuestas no les tardaron en llegar, claro: decenas de fotos de Robe con personajes públicos de ideas dispares y cargos políticos de distintos partidos, incluidos de derechas, comenta Ana Iris Simón. La duda es si esta sociedad está polarizada o idiotizada.

Robe no era una moda, eso sí que no, eso nunca, afirma Nuria Labari en el país.es: Él fue riesgo y poesía. Y algunas veces, mientras atravesábamos sus canciones, nosotras también lo fuimos. “¿Alguien tiene un plan para salvar el mundo?”, preguntaba. Y “si es imposible, mejor aún, porque en el fracaso tendrás también la gloria”. Él ya no está, pero aquí deja una mayoría fiera y silenciosa. Éramos más de los que pensábamos. Un buen homenaje sería que empezara a notarse, 

Jordi Évole nos cuenta que en una de sus últimas entrevistas, con David Broncano, Robe reivindicaba el uso más frecuente del “iros a tomar por culo”, así, sin matices. Sin rodeos. Iros todos a tomar por culo fue el título del primer disco en directo de Extremoduro. No sé si iba dedicado a alguien en especial, pero estos días muchos lo habríamos adoptado como eslogan. Esta semana he contemplado, a veces con asombro, una ola tremenda de reconocimiento al que sin duda ya es uno de los grandes compositores y poetas de este país. Se ha hablado mucho y bien de Robe. Hemos vuelto a ver actuaciones que en su momento fueron un escándalo. La más famosa, la que hicieron en el circuito catalán de TVE en 1990, en un programa llamado Plàstic y donde conocimos a Tinet Rovira, hoy uno de los grandes productores televisivos de España (OT, Tu cara me suena). Hicieron dos temas: Extremaydura y Jesucristo García. Robe, con túnica blanca y cadena de candado a modo corona de espinas, cantaba algo que todavía no sabíamos que iba a ser un himno: “Por conocer a cuántos se margina / Un día me vi metido en la heroína / Aún hubo más, menuda pesadilla / Crucificado a base de pastillas (...) Los mercaderes ocuparon mi templo / Y me aplicaron ley antiterrorista”. La actuación acababa con el Robe asesinado por su guitarrista ataviado con un tricornio, al ritmo de “perdona a tu pueblo, señor”. Por menos algunos que estos días lo han ensalzado le hubiesen llevado a la Audiencia Nacional. Pues eso, que nos podemos ir todos a tomar por culo.



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2 comentarios:

  1. Simpático no era, original sí. Yo lo descubrí por dos fuentes diferentes. Por mis hijos y unos sobrinos, que siempre fueron muy de Robe y Extremoduro, y por mi mujer que es extremeña. Y en Plasencia y alrededores fue siempre muy elogiado. He de reconocer que, en su estilo, fue muy peculiar, por no decir único. A mí, personalmente, aunque algunos temas suyos no me disgustan, nunca fue mi favorito. Yo siempre fui más de rock progresivo: Pink Floyd, King Crimson, Yes, Emerson L & P, Camel... y algunas cosas más ligeras de Beatles, Rolling, Deep Purple, Led Zeppelin, de canciones con menor desgarro en la voz.




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  2. Sustituir " A mí" por " Para mí". Perdón por el lapsus.

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