Le viene de viejo a Rasquera su vocación de población dedicada a las drogas. Me explicaba esta mañana Santiago, mi padre, que cuando iba a la batalla del Ebro, pararon a dormir en Rasquera, y lo hicieron en un 'secadero de tabaco', mientras las ratas campaban arriba y abajo como si estuvieran en su casa. Continuaba Santiago, mi padre, explicando que conducía una camión ruso de la primera guerra mundial, un 'JHC' que le decían 'joven hermano comunista' que hacía mucho ruido el motor y de noche apagaban las luces para que no los vieran los nacionales, y en las bajadas apagaban el motor, pero al arrancarlo en las subidas los machacaban con los morteros.
Seguía contándome el Santiago que andaba mucho con el camión por esa zona, por Miravet y alrededores, pero que al ver que no había nada que hacer y que la batalla del Ebro estaba perdida, todo el mundo comenzó la retirada hacia en la frontera con Francia, y en Mora de Ebro, donde sólo había un puente para pasar el río, Líster que era un hijo de puta como Franco pero en inteligente, iba pelando o reteniendo a los que se retiraban, pero el Santiago que iba con el camión tras el 'tranquilo' se equivocaron de calle y consiguieron llegar al puente esquivando al sanguinario Líster. Le llamaban 'el tranquilo', porque cuando les bombardeaban de noche, él se ponía a dormir encima de la cuba donde llevaba la gasolina para abastecer los JHC.
Continuaba Santiago explicando que finalmente llegaron hasta Terrassa, donde al añadir agua al radiador del JHC con el motor caliente, se rompió la junta de la culata. Le remolcó 'el Tranquilo' hasta Santa Perpètua de la Mogoda donde había - supuestamente - un taller de reparación. Digo supuestamente, porque con el fragor de la retirada lo habían trasladado a Figueres. Entonces, dejaron el camión en Sta. Perpetua y con la cuba del Tranquilo se fueron hasta Sant Feliu de Codines a casa de mis abuelos a comer y a informar que su hijo estaba vivo.
Después se fueron cada uno por su ladO. Al tranquilo lo mataron durante la retirada - según supo mi padre años más tarde - y él, se fue a Sabadell y se escondió en casa de los Renom. Al día siguiente, el 27 de enero de 1939 entraron los nacionales en Sabadell y mi padre salió de casa de los Renom con un brazalete que le proporcionaron mientras alzaba el brazo gritando 'viva Franco'.
No fue ni un héroe ni un cobarde, y menos aún un traidor, simplemente sobrevivió como pudo a una estupidez, a una animalada tan grande como es una guerra, que en el caso de la española, con todo el respeto por el millón de muertos, más bien fue una patética e inútil charlotada.