Pokémon Go desaparece del mapa. La aplicación que revolucionó el verano ha caído hasta el puesto número 72 de la App Store. La burbuja Pokémon Go ha explotado. Los pokémons ya no se encuentran, y sus jugadores tampoco. La cantidad de jóvenes (y adultos) que iban por la calle pegados a las pantallas vienen a ser como una especie en peligro de extinción. ¿Qué ha pasado con la viralidad generada por la app? La simplicidad de la idea y su reiteración parecen haber sido su pecado original.
A pesar del interés de sus creadores a dar un aire fresco al invento, los japoneses no han podido evitar que haya caído hasta el puesto número 72 de la App Store durante esta Navidad. Ni los disfraces que les han puesto a algunas criaturas han podido evitar la debacle. La bajada en las listas de descargas también ha servido para frenar las avalanchas humanas que se producían meses atrás, o los accidentes en carretera como consecuencia de las 'distracciones Go'. Bangkok incluso tuvo que crear un cuerpo policial especial para proteger a los usuarios.

En el caso de Cataluña, los Mossos alertaban de la escalada de robos de aparatos móviles. La exhibición de los terminales era un caramelo para aquellos con las manos más largas. Con la geolocalización que requería el juego para sus 'pókeparadas', la aplicación ponía en bandeja de plata las víctimas a los ladrones de móviles. En EEUU el juego incluso generó un aumento significativo de las violaciones de domicilio y en España dos jóvenes fueron puestos en libertad después de irrumpir en un cuartel de la Guardia Civil. Cabe destacar que incluso la Armada española se publicitó junto al juego para conseguir nuevos reclutas. Incluso el excelso profesor Xavier Sala Martín, había llegado a decir que algún día se haría una cátedra en las Universidades para analizar el fenómeno, menos mal que malfío de los economistas, sobre todo si se escuchan cuando hablan, porque la cátedra no será, y tiene su lógica, en una época en que todo es fungible y rápidamente fungible, Pokémon Go no tiene por que ser una excepción. Twitter, Instagram, Whatsapp, Facebook también caerán en el olvido y saldrán nuevas maneras de comunicarse, hasta que posiblemente llegaremos a la conclusión de que hay que volver atrás en el tiempo y simplemente .... charlar, charlar con calma, sentados en cualquier lugar ante un café el uno frente al otro. Pero esto Sala Martin no lo supo ver, es lo que pasa cuando estás abducido por el sistema, que te ha atrapado sin que seas capaz de darte cuenta de ello. Los niños son más listos, han sido capaces de cambiar el Pokémon Go por una simple botella de 500 cl. llena sólo en un 25% de su capacidad. ¡A JUGAR!