💬El debate de los Presupuestos, con el apoyo de Bildu, ha generado una gran polémica y ha sido estigmatizado por la derecha que afirma tajante: con Bildu, nada de nada. Olvida, entre otras cosas, que en Irlanda del Norte, tras el acuerdo de paz de Stormont, o sea, enterrada la violencia, se pactó un Gobierno en el que Martin McGuinness, el jefe del IRA, se convirtió en nada menos que vicepresidente. Y ETA hará diez años que renunció a la violencia y dos que se autodisolvió. Un personaje como Otegi no tendrá nunca el respeto de cualquier demócrata, pero la superioridad de los valores democráticos se expresa precisamente evitando el ensañamiento en el castigo a los vencidos, y esto vale para Otegi y también los líderes independentistas.
La Audiencia Nacional condenó a Otegi y Rafa Diaz Usabiaga, secretario general del sindicato Lab, a diez años de cárcel por intentar reconstituir Batasuna-ETA en 2011. El Supremo, muy dividido, redujo la condena y el Constitucional, también muy partido, la confirmó en 2014. Pero a finales del 2018 el Tribunal Europeo de Derechos Humanos contradijo España al sentenciar que el juicio de la Audiencia Nacional no cumplió los requisitos de imparcialidad por la presencia en el tribunal de una magistrada, Ángela Murillo, que había mostrado pública hostilidad hacia Otegi. Para el Supremo la decisión era complicada. O decidía celebrar un nuevo juicio - kafkiano porque Otegi ya cumplió condena-, o tenía que declarar su inocencia, algo también espinoso. Marchena y Lesmes, han encontrado la manera de humillar doblemente a los derrotados. No sólo los condenan a largas penas, sino que, en caso de que el TEDH les enmiende la plana, impondrán el castigo suplementario de la repetición del juicio. Han encontrado un argumento legalista para hacerlo. Que se vayan preparando los líderes independentistas encarcelados en caso de que el TEDH les dé la razón dentro de seis o siete años. Se repetirá el Juicio, claro que tanto en el caso de Otegi como en el de los líderes independentistas las condenas han sido sin pruebas firmes, sólo por cojones, llenos ambos juicios de irregularidades y arbitrariedades. Será interesante ver cómo se desarrolla esta repetición de juicio en el caso de los independentistas, pues encima de que planee la sombra del indulto, se podrían encontrar los magistrados que el delito de sedición ya no exista, y entonces quedarían los señores togados con el culo al aire. Habrá que ver cómo evoluciona la repetición del juicio a Otegi, pués si no es declarado culpable, le tendrán que indemnizar. Como acaba en su artículo al respecto Antoni Puigverd: No recuerdo quién dijo “Fiat iustitia et pereat mundus”, pero viene aquí de perlas: “Que se haga justicia y que todo vaya al carajo”. ¡Bravo!
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