La crisis financiera islandesa llevó al país a la bancarrota. A finales del 2008 su deuda bancaria equivalía a varias veces su PIB. El Parlamento propuso que la pagaran las familias con una cuota mensual durante los próximos 15 años al 5,5% de interés. Pero el pueblo dijo no y decidió juzgar a los responsables de la crisis: varios banqueros y ejecutivos fueron detenidos y se ha juzgado al ex primer ministro Geir H. Haarde. El pueblo se ha organizado mediante asambleas y está modificando la Constitución. "Ha sido una revolución contra el poder político-financiero neoliberal que nos ha conducido a la crisis", dice Gunnar. Su documental Maybe I should have explica los hechos. No lo he sabido encontrar doblado al castellano pero está sub-titulado en inglés en Youtube.
Hay que decir que Islandia tiene unos trescientos treinta mil habitantes con larga tradición democrática y de conciencia social. Del mismo modo que el País Vasco ya tiene la independencia práctica de España al ser poco más de dos millones, aquí en Catalunya no tenemos nada que hacer, somos siete millones y medio. Demasiada gente y demasiado producto interior bruto aportado. Por lo tanto, a seguir pagando para salvar a los bancos y sus despilfarros, así como los de Ayuntamientos, Gobiernos autonómicos y Central, mientras los banqueros continúan cobrando sueldos astronómicos y haciéndose planes de pensiones de escándalo. Quizás deberíamos salir todos a la calle y hacer la revuelta de una puñetera vez, quemar bancos y cajas en vez de Iglesias o Conventos, que los tiempos han cambiado. Pero no lo haremos, posiblemente porque estamos cansados. Hartos de tanta incompetencia y caradura y cansados, muy cansados. Que dios bendiga Islandia, que nosotros estamos condenados..
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