En realidad, un nacionalismo sólo se crispa ardiendo frente a otro nacionalismo, que le amenaza. O mejor: una nación sólo tiene necesidad - a veces necesidad biológica, de instinto de conservación - de exaltar su nacionalismo, cuando se ve en peligro ante las ambiciones de otra nación. Será por eso que somos muchos hombres del mundo - y, ay, en la misma Europa y todo - que nos sentimos nacionalistas por que los demás no nos permiten dejar de serlo. Joan Fuster.
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